Detenido,
sin embargo, por vientos contrarios y por los progresos de la enfermedad, se
detuvo en una casa de campo de Lúculo, muriendo en ella a los setenta y ocho
años de edad y veintitrés de su imperio, bajo el consulado de Cneo Acerronio
Próculo y de Cayo Poncio Nigrino [16 de marzo del año 37 d.C.]. Hay quien cree
que Calígula le había dado veneno lento; otros, que le impidieron comer en un
momento en que le había abandonado la calentura; y algunos, en fin, que le
ahogaron debajo de un colchón porque, recobrado el conocimiento, reclamaba su
anillo, que le habían quitado durante su desmayo. Séneca ha escrito que,
sintiendo cercano su fin, se había quitado el anillo como para darlo a alguien;
que después de tenerlo algunos instantes, se lo había puesto otra vez en el
dedo, permaneciendo largo rato sin moverse, con la mano izquierda fuertemente
cerrada; que de pronto había llamado a sus esclavos y que, no habiéndole
contestado nadie, se levantó precipitadamente, pero que, faltándole las
fuerzas, cayó muerto junto a su lecho.
(
Suetonio)
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