Cuando los romanos acorralaron al ejército de Espartaco, éste
dio la impresión de que tenía unas fuerzas más numerosas y mejor organizadas de
las que en realidad tenía; para ello ató a los muertos a unas estacas colocadas
ante la entrada de su campamento y los equipó debidamente con toda clase de
armas, de modo que, vistos de lejos, tuvieran el aspecto de centinelas.
( Frontino en "Estratagemas")
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