En sólo un día Claudio promulgó veinte edictos, entre los
que se destacan dos: en uno aconsejaba untar bien con pez los toneles, en vista
a la abundante cosecha de uva, y en otro utilizar la savia del tejo como mejor
remedio contra la mordedura de las víboras... Se dice incluso que, tras haberse
enterado de que un invitado había caído enfermo por contenerse para guardar
formas, había proyectado promulgar un edicto para permitir expulsar los gases y
las ventosidades sonoras en medio del banquete.
( Seutonio en "El divino Claudio" )
No hay comentarios:
Publicar un comentario