lunes, 29 de septiembre de 2014

EL DECIR GRIEGO, por FELIPE MARTÍNEZ MARZOA








"EL DECIR GRIEGO" es una obra literaria escrita por Felipe Martínez Marzoa que nos sumerge en el fascinante mundo de la lengua y el lenguaje griego. A través de un enfoque profundo y detallado, el autor explora las peculiaridades y la riqueza del decir griego, revelando las complejidades y matices que se encuentran en su estructura lingüística.

Martínez Marzoa comienza desglosando los fundamentos del idioma griego, desde su gramática hasta su vocabulario, pasando por la fonética y la morfología. Nos guía a través de las diferentes formas de expresión, desde la lengua hablada hasta la escrita, y nos muestra cómo estas se entrelazan y se complementan entre sí.

A medida que avanzamos en el libro, el autor nos lleva más allá de los aspectos puramente lingüísticos y nos sumerge en el mundo filosófico y literario de la antigua Grecia. Explora cómo el decir griego influyó en la forma en que los filósofos como Platón y Aristóteles comunicaron sus ideas, y cómo los poetas como Homero y Sófocles utilizaron el lenguaje para transmitir emociones y contar historias.

Además, Martínez Marzoa examina los conceptos de la retórica y la persuasión en el contexto del decir griego, mostrando cómo los oradores y los sofistas utilizaban las palabras de manera poderosa para influir en las audiencias y convencer a otros de sus argumentos.

A lo largo de "EL DECIR GRIEGO", el autor nos invita a reflexionar sobre la importancia del lenguaje y el poder de las palabras. Nos muestra cómo el decir griego no solo era una herramienta de comunicación, sino también una forma de arte y una expresión de la identidad cultural griega.

En resumen, "EL DECIR GRIEGO" es una obra magistral que nos sumerge en el mundo del lenguaje y la comunicación griega. A través de su enfoque detallado y profundo, Felipe Martínez Marzoa nos brinda una visión única y fascinante del decir griego, invitándonos a apreciar la belleza y la complejidad de este idioma milenario. Este libro es una lectura imprescindible para aquellos interesados en la lingüística, la filosofía y la cultura griega.

domingo, 28 de septiembre de 2014

ERACLITO, por VITTORIO MACCHIORO









ESTUDIO SOBRE LAS COSMOGONÍAS PREFILOSÓFICAS GRIEGAS, por ROXANA BEATRIZ MARTÍNEZ NIETO













QUINTO CURCIO DICE SOBRE LA ABUNDANCIA





A la manera que es poderosa la necesidad para despertar el espíritu y el valor, lo es también la abundancia y riquezas al originar la viciosa superficialidad y afeminada flaqueza.

( Quinto Curcio )

CITAS DE QUINTO CURCIO RUFO


-Los ríos más profundos, son siempre los más silenciosos.

-Era imponderable el desorden y desunión de aquel ejército, en todo el cual no había alguno que mandase, ni atendiese al bien común.

-Con la fama y grandeza de esta victoria rindió todos los demás pueblos, que habían tomado las armas contra él, a unos por medio de ellas y a otros por el de muy ventajosas alianzas.

-Su destreza militar, su valor y virtud habían dado largas experiencias para que se tuviese de él el apreciable concepto en que estaba, habiendo vencido en un desafío al más esforzado de los enemigos.

-Con tan admirables cualidades y con tan prodigiosa disciplina mantuvo gloriosamente la grandeza y elevación de su fortuna, sin dejarse llevar del orgullo, ni de la libertad a que los más Príncipes se rinden, siendo de ordinario por quienes se gobiernan, y con quienes se aconsejan. No se diferenciaba de los demás hombres en los adornos exteriores, por ser de opinión, que los Príncipes debían exceder mas a los súbditos en la virtud, que no en la gala y pompa de los vestidos. Era airoso y gallardo, cortés y familiar.

-Un perro cobarde ladra más de lo que muerde.







QUINTO CURCIO RUFO

Quinto Curcio Rufo (en latín, Quintus Curtius Rufus) fue un escritor e historiador romano, que vivió presumiblemente bajo el reinado del emperador Claudio, en el siglo I según unos, o en el de Vespasiano, según Ernst Bickel.

OBRA

La única obra que se le conoce es Historiae Alexandri Magni Macedonis 'Historia de Alejandro Magno de Macedonia', una biografía de Alejandro Magno en diez libros. Los dos primeros están perdidos, y los ocho restantes incompletos.

La narración comienza en la primavera de 333 a. C., transcurrido ya un año de campaña militar. Alejandro se encuentra en Asia Menor, donde toma la ciudad de Celenas y entra en Gordio, lugar del famoso nudo gordiano.

En los primeros libros conservados de esta obra se narran los hechos relativos a las campañas de Alejandro Magno en contra del rey persa Darío III, mientras que en los restantes se cuenta el viaje del rey macedonio y sus tropas hasta los confines de la India, el deseo de vuelta a casa de su ejército, la muerte de Alejandro en Babilonia y las disputas entre sus generales, por el reparto de los territorios anexionados al Imperio, después de la muerte de Alejandro.

Los 10 libros se dividen en dos pentadas: el libro 5 termina con la muerte de Darío y el libro 10 cuenta la muerte de Alejandro. Además, los momentos de máxima tensión culminan en el final de cada uno de los libros.

Se ha estudiado la forma en la que Homero es el modelo para algunos episodios: Alejandro es comparado con Aquiles y Roxana con Briseida, por ejemplo. También se ha visto cómo esta obra representa bien el modelo de la historiografía helenística en el que se presenta un gusto por la retórica (intensificación del 'pathos' en algunas escenas) y un tono moralizante (en tanto Alejandro se presenta como un héroe destrozado por su propia buena fortuna).

La obra de Curcio empezó a ser famosa en la Alta Edad Media, en los siglos X y XI, con los primeros manuscritos de la obra. A finales del siglo XII, influyó en el poema Alexandreis de Gualterio de Chatillon y de ahí en el Libro de Alexandre del mester de clerecía español del siglo XIII. En el Renacimiento volvió a ser objeto de estudio. Su presencia como libro escolar fue notable hasta el siglo XVIII.




STANDARTES Y FACSES ROMANAS














El origen de la palabra "fascismo" viene de fascio. Símbolo que originalmente era el emblema de poder militar de los reyes etruscos, adoptado igualmente por losmonarcas romanos y perviviendo durante la república y parte del imperio. Tradicionalmente, significa poder, por el haz de varas, «la unión hace la fuerza», puesto que es más fácil quebrar una vara sola que quebrar un haz y por el hacha, la justicia implacable sobre la vida y la muerte. Curiosamente parece encontrarse por todas partes:

-En los iconos fascistas italianos adoptados por el gobierno de Benito Mussolini.

-En el escudo de Francia desde que ha adoptado la forma de Estado republicano.

-En la policía de Noruega y Suecia.

-Forma parte del emblema de la Guardia Civil española, indicando su capacidad de vigilancia y de salvaguardia, muy similar al de los lictores romanos.

-Aparece en el Congreso de los Estados Unidos, flanqueando la tribuna del orador y a los lados de la frase In God We Trust ("Confiamos en Dios"), así como en los pilares del trono de la escultura de Abraham Lincoln (de Adam Chester French), en Washington DC.

-Figura en los laterales de la efigie de Abraham Lincoln en el Lincoln Memorial de Washington.

-Fue usado como símbolo de las revoluciones de Latinoamérica.

-Es usada como Insignia Distintiva del Servicio de "Justicia Militar", perteneciente al Ejército Mexicano.

-Se utiliza en el escudo del departamento colombiano de Norte de Santander.

-Fue adoptado por el Congreso de Cúcuta para el escudo de la Gran Colombia.

-Figura en el escudo de Ecuador desde 1830.

-Se encuentra en la fachada del Palacio de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina.

-Se encuentra en la fachada del Palacio de los Tribunales de Justicia de Valparaíso, en Chile.

-Aparece en el escudo de la Policía Metropolitana en Montevideo, capital de Uruguay.

-Figura en el escudo del Partido Nacional, partido político uruguayo.

-Este símbolo forma parte del escudo del Cuerpo Jurídico Militar de las Fuerzas Armadas Españolas, rodeado por una corona de hojas de roble.

-Se puede ver en el escudo del Estado de Colorado, sobre el que se puede leer "Unión y Constitución".

-Se aprecia también en el monumento a Francisco de Miranda del Panteón Nacional de Venezuela

-Están esculpidas por pares, en las cuatro caras de la base de la columna del Monumento a la Independencia de México.

-Es parte del "Monumento a la Independencia" que se encuentra en la llamada "Plaza Grande", en el Centro Histórico de Quito, Ecuador. Fue inaugurado un 10 de agosto de 1906, recordando la gesta revolucionaria del 10 de agosto de 1809, y la masacre de los patriotas el 02 de agosto de 1810. Estas fasces, están sostenidas con la mano izquierda de la "dama de la libertad" y apoyadas sobre un orbe.

-Aparece en el «Monumento a los Próceres» en la Plaza Libertad de San Salvador, El Salvador. Puede verse sostenido en la mano izquierda de una mujer, quien es una alegoría de la República.

EL EMPERADOR TÁCITO

 


Marco Claudio Tácito (c. 200 - junio de 276) fue emperador de Roma entre los años 275 y 276. A pesar de los rumores puestos en circulación por él mismo, no tiene parentesco con el autor e historiador romano Tácito aunque favorecía la divulgación de su obra.

SU VIDA

Tácito nació alrededor del año 200 en el seno de una familia humilde en las provincias limítrofes con el Danubio (Nórico, Panonia o Recia). De sus familiares sólo conocemos a su hermano Floriano quien le sucedió en el trono.

De su carrera sabemos que ocupó el cargo de cónsul en 273.


LA SUBIDA AL TRONO

Tras el asesinato de Aureliano hubo un interregno relativamente largo de 6 meses. Durante este tiempo las legiones y el senado consultaron sobre el posible nuevo emperador ya que Aureliano no había dejado ningún sucesor. Finalmente decidieron proclamar a Tácito, uno de los antiguos generales que luego había pasado a la carrera senatorial.

En el momento de su proclamación Tácito ya había alcanzado la edad de 75 años, nada habitual en aquella época aunque este extremo no puede ser confirmado con certeza. Además según algunas fuentes contaba con una fortuna personal de 280.000.000 de sestercios aunque en aquellos días el valor había bajado debido a la inflación galopante.

EL REINADO

Como primer emperador soldado desde hace mucho tiempo Tácito tenía esperanzas de fundar una nueva dinastía. Por esto nombró a su hermano Floriano como prefecto de los pretorianos.

Poco después de su subida al trono volvieron a resurgir las guerras en las fronteras cuando tribus germánicas pasaron el Rin y devastaron las zonas por donde pasaron.


EL EMPERADOR TÁCITO


 Al mismo tiempo los godos que dijeron haber sido llamados por el emperador Aureliano para luchar contra los persas entraron en Asia Menor desde el Mar Negro, pasando por el Cáucaso.

En consecuencia los hermanos se separaron. Tácito se ocupó de los godos mientras que Floriano luchó contra la invasión de los germanos. Ambos tuvieron éxito. Tácito consiguió una victoria frente los alanos cerca de Palus Maeotis.

EL FINAL

Tras tan sólo 6 meses en el poder y tras haber conseguido una victoria frente a los godos Tácito murió de repente y de manera inesperada en Tyana (Capadocia).

Nos han llegado dos versiones de su muerte. Eutropio y Aurelio Víctor cuentan que la muerte se debía a una infección con fiebre mientras que Zósimo nos relata que Tácito fue asesinado. Como responsables nombra a los mismos que habían asesinado a Maximino, gobernador de Siria y probablemente familiar de Tácito.

Tácito fue sucedido por su hermano Floriano.





VIDA DE SAN AGUSTÍN, por SAN POSIDIO










EL CÓNSUL PUBLIO QUINTILIO VARO


Publio Quintilio Varo (Publius Quinctilius Varus, Cremona, 47 a. C./46 a. C. – Bosque de Teutoburgo, 9 d. C.) fue un militar romano, recordado por la desastrosa derrota de Teutoburgo, en la que perdió la vida junto con tres legiones.



 Era hijo de Sexto Quintilio, que militó en el bando republicano durante la guerra civil. Sexto sobrevivió a la derrota y se desconoce si estuvo implicado en el asesinato de Julio César, para terminar suicidándose tras la batalla de Filipos. Varo debió su ascenso al favor de César Augusto, del cual se mostró partidario muy pronto, reforzando los lazos mediante su matrimonio con la hija de Agripa, Vipsania Marcela, que a su vez, era nieta del emperador. Así consiguió la amistad del propio Augusto y de su suegro Agripa, siendo Varo el encargado de leer el elogio fúnebre de éste.

Fue elegido cónsul en el año 13 a. C., para ser nombrado después procónsul en África y legado propretor en Siria. En Judea sofocó duramente el levantamiento judío tras la muerte de Herodes I El Grande, consiguiendo una importante fortuna personal. Un historiador antiguo resumió su etapa de gobierno en Siria diciendo "Llegó pobre a una provincia rica y salió rico dejando una provincia pobre".


Augusto lo envió en el año 9 como legado a la provincia de Germania Magna, zona que había sido añadida al imperio tras las incursiones de Druso primero y Tiberio después, pero esa dominación era más nominal que real y Varo debía afianzar el dominio y recaudar impuestos. Sin embargo, su extrema codicia, su falta de sensibilidad y el uso de métodos de romanización demasiado expeditivos le hicieron incurrir en diversos errores de gobierno, que le llevaron finalmente a provocar el descontento general y a convertirse en una figura muy impopular entre la población germana. Dión Casio señalaba que un jefe germano, que había participado en otra rebelión anterior, ya había dicho "Vosotros los romanos os buscáis los problemas solos. No enviáis perros y pastores para vigilar vuestros rebaños, sino que colocáis lobos hambrientos".



El ejército que guarnecía la región de Westfalia fue atacado por el caudillo Arminio al frente de una confederación de tribus de queruscos aliada a sus vecinos cuados. Los maroboduos y los marcómanos permanecieron neutrales. Varo se internó imprudentemente en territorio hostil engañado por Arminio, con tres legiones, la XVII, XVIII y XIX, tres alas de caballería y seis cohortes. Lo que ocurrió a continuación es una simple conjetura. Lo cierto es que las tres legiones fueron masacradas, probablemente en septiembre de 9 d.C., tras una sangrienta emboscada en el bosque de Teutoburgo. Recientes investigaciones arqueológicas dirigidas por W. Schluter sitúan el emplazamiento del combate en Kalkriese, en las faldas de los montes Wiehen, al norte de Osnabrück, a unos 45 km del monumento que los nacionalistas alemanes erigieron en el siglo XIX como conmemoración de la victoria germana.


Las pérdidas estimadas en el ejército romano se acercan a los 30.000 muertos. Varo, herido en la batalla, se supone que ante el riesgo de caer en manos del enemigo, y siguiendo la tradición familiar de su padre y de su abuelo, optó por suicidarse. Su cabeza fue remitida como trofeo de guerra a Marbod, rey de los marcómanos, pero éste, temiendo la ira romana, la envió a Roma donde fue finalmente enterrada en el panteón familiar. La mayoría de los oficiales romanos de alto rango fueron llevados a las arboledas sagradas, donde los germanos los ejecutaron tras someterlos a horribles torturas. Pocos años después las legiones consiguieron alcanzar el fatídico bosque de Teutoburgo al mando de Germánico. Tácito describe lo que encontraron: "En el campo, los huesos de los soldados yacían esparcidos por el suelo, cada uno en el lugar donde había caído defendiendo su posición o huyendo. Había restos de armas y también los huesos de los caballos, mientras que había cabezas humanas clavadas en los troncos de los árboles de alrededor. En estas arboledas se encontraban los altares bárbaros donde habían sido sacrificados los tribunos y los centuriones".



Tras esta derrota, que dejó desguarnecida la frontera y hubiera permitido a los germanos llegar hasta la misma Roma, el limes retrocedió desde el Elba al Rin, abandonándose la efímera provincia Germania Magna, y así permanecería hasta el fin del imperio romano. La derrota supuso un duro golpe para el prestigio militar de Roma, hasta el punto de que los números de las legiones derrotadas (XVII, XVIII y XIX) nunca más volvieron a utilizarse.



Suetonio dejó escrito que Augusto, meses más tarde y aún afectado por el desastre, golpeaba la cabeza contra las paredes repitiendo: "Quintili Vare, legiones redde" (Varo, devuélveme mis legiones)".