domingo, 21 de septiembre de 2014

CARTA DE CICERÓN A SU AMIGO TITO POMPONIO ÁTICO

¿Y qué?. Si incluso hago mejorar a César, cuyos vientos son ahora muy favorables, ¿causo tanto perjuicio a la república?. Más aún: si nadie me detestara, si todos, como es justo, me apoyaran, no por ello habría de esforzarme menos en probar la medicina que busca curar las partes enfermas de la república antes que la que busca amputarlas. Mas ahora, como aquella caballería que yo coloqué en la colina del Capitolio, contigo como portaestandarte y dirigente, ha abandonado el senado y nuestros dirigentes quieren tocar el cielo con el dedo si en sus piscinas hay barbos que se acercan a su mano y no se preocupan de otras cosas, ¿no te parece que seré de cierta utilidad si consigo disuadir a quienes pueden hacer daño?



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