El
Senado y el pueblo romano, queriendo honrarme, designaron Cónsules, con
intención de que asumiesen la magistratura cinco años más tarde y cuando tenían
quince, a mis hijos [adoptados] Cayo y Lucio Césares, a quienes, muy jóvenes,
me arrebató la Fortuna Y el Senado decretó que asistiesen a sus deliberaciones
desde el mismo día en que fuesen presentados en el Foro. Los Caballeros de
Roma, por su parte, unánimemente los denominaron Príncipes de la Juventud y les
obsequiaron los escudos ecuestres y las lanzas de plata.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
martes, 23 de septiembre de 2014
EL PUEBLO Y LAS INSTITUCIONES RECLAMAN A SUS HIJOS PARA EL GOBIERNO
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