(Finales del siglo VI a.J.C.) Poeta griego, natural de
Megara. Fue aristócrata, y a causa de las revoluciones políticas, llegó a
conocer la pobreza y el destierro. Con su nombre se conserva una colección de
cerca de 1.400 versos elegíacos, aunque algunos no son suyos. El estilo
enérgico y realista es el mérito principal de su poesía.
De Teognis de Megara han llegado hasta nosotros dos libros de
elegías (1.389 versos), llamados Teognídeas,
que ofrecen al historiador de la literatura muchos problemas, puesto que a la
formación de los libros, compuestos con intenciones pedagógicas, concurrieron
también fragmentos de otros poetas. Sin embargo, bastan las partes que son
genuinas con toda seguridad para dar una imagen cumplida del poeta.
Teognis de Megara era un noble de estirpe dórica, que vivió
en la época en que se afirmaba la democracia: "Los que antes eran viles,
ahora son los señores, y los nobles se han convertido en viles. ¿Quién es capaz
de aguantar estas cosas?", (V. 53-58). Privado de sus privilegios,
desterrado de su Megara (783-788), conoció la pobreza (173-178; 833-836) y la
opresión (419-420), y su alma orgullosa se colmó de rencor. Pregunta a Zeus por
qué mantiene en un mismo honor a los justos y a los malvados (373-380;
743-753), e implora de él con intensa pasión la satisfacción de la venganza
(341-350).
Su ideal de conservador, desengañado de la nueva realidad, no
admite compromisos: por el contrario, se torna más rígido en el culto celoso de
las virtudes aristocráticas, y halla en la expresión del odio y del desprecio
voces de singular vigor. La amarga experiencia de la vida le lleva a una
concepción pesimista; nada puede la voluntad humana contra los inescrutables
designios divinos (133-142); nadie es feliz entre todos los que viven bajo el
sol (167-168). Por esto sería mejor no haber nacido, o, una vez nacidos, cruzar
lo más pronto posible las puertas del Hades (425-428).
Estas reflexiones y estas sentencias suelen ir dirigidas en
forma de enseñanza a un jovencito noble, Cirno, con el cual el poeta, según
costumbre de la nobleza dórica, mantiene relaciones de maestro y de amante. En
los banquetes aristocráticos, intentando olvidar lo precario de su situación,
Teognis puede a veces entregarse al placer del vino, al gozo del momento, a la
embriaguez de la juventud (por ejemplo 503-508); pero la conciencia del triste
destino humano siempre vuelve a surgir: "Goza de la vida, corazón; pronto
les tocará el turno a otros hombres, y yo, muerto, seré negra tierra"
(877-878).
Se trata en general de poemas breves, a veces de dos versos,
o de pequeñas elegías que no suelen exceder de los doce versos. Según la teoría
de Emilio Rodríguez Adrados, la compilación que se ha conservado procedería de
una colección independiente de los poemas de Cirno realizada por el autor en su
vejez y que en el siglo V habría sido ampliada por los compiladores con otros
poemas de Teognis. Producto de una concepción aristocrática, las Teognídeas conforman un retrato
de la sociedad aristocrática en un mundo cambiante y constituyen más de la
mitad de lo que se conserva de la poesía elegíaca griega clásica.
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