sábado, 25 de agosto de 2018

CÉSAR PLANEA LA INVASIÓN CONTRA LOS GETAS Y LOS PARTOS


César concibió la idea de una larga campaña contra los getas [dacios de Berebistas] y los partos. Los getas son una nación que ama la guerra y una nación vecina que iban a ser atacados primero, los partos tenían que ser castigados por la traición usada contra Craso…

( Apiano en "Historia romana")



ONÍAS I


Onías I, Sumo Sacerdote de Jerusalén (323 a. C. - 300 a. C.). Hijo y sucesor de Jadúa. Recibió a Alejandro Magno cuando el rey macedonio entró en Jerusalén.
 
Onías aparece en el Libro I de los Macabeos, donde se cita la correspondencia que mantuvo con el rey Areo I de Esparta.
 
También aparece en el Eclesiástico. Le sucedió como Sumo Sacerdote su hijo, Simón I el Justo.


miércoles, 22 de agosto de 2018

SÓCRATES DICE SOBRE LA BELLEZA



La hermosura es una tiranía de corta duración.








TALES DE MILETO DICE SOBRE EL AGUA



El agua es el elemento y principio de las cosas.






CÉSAR DICE DE SU DIVINIDAD



Hay una estatua mía en Éfeso que así lo dice, que soy divino y salvador del género humano, pero eso no es más que simple adulación, como dijo un amigo mío. Es cierto que desciendo de dos dioses: Venus y Marte, pero sólo tengo una o dos gotas de licor divino, no todo el cuerpo lleno de él.


CAYO MARIO OPINA DEL NEGOCIO DE LA BANCA


Durante mi viaje por la província de Asia observé que los sacerdotes de los templos aprovechan el dinero que donan los ciudadanos para prestarlos a un buen interés y así aumentan su riqueza, tal como he visto que hacen en el templo de Cos o en el santuario de Esculapio, realizando operaciones de banca altamente profesionales y llegando a formar instituciones bien cualificadas para financiar incluso las guerras, y no sólo la industria, la agricultura, o el tráfico de esclavos, teniendo muchos clientes.
 
Eso es una actividad desconocida en Roma, y supongo que será porque allí los templos son propiedad del pueblo romano y los administra el Estado. Y claro que el Estado Romano también podría obtener ganancias con los negocios bancarios del dinero de los templos, pero no lo hacemos porque sabemos que esto nos llevaría a otra burocracia más y en Roma no nos gustan mucho los burócratas porque tienen a ser despreocupados o demasiados codiciosos. El negocio de banca en Roma es privado, y lo organizan  banqueros profesionales. No estamos muy dados a mezclar religión con negocios de prestar dinero.


domingo, 19 de agosto de 2018

SÓCRATES DICE SOBRE EL AMOR


Teme el amor de la mujer más que el odio del hombre.





TITO TACIO


Tito Tacio (en latín Titus Tatius) (Cures, ¿? - Lavinio, 745 a. C.) fue un rey sabino originario de Cures que también compartió con Rómulo el trono de Roma.
 
Atacó a los romanos para vengar el rapto de las mujeres jóvenes de su pueblo. En pleno conflicto intervinieron las sabinas interponiéndose entre ambos bandos combatientes para que dejasen de matarse porque, razonaron, si ganaban los romanos perdían a sus padres y hermanos, y si ganaban los sabinos perdían a sus maridos e hijos. Tuvieron éxito en su gestión logrando hacer entrar en razón a los contendientes. Finalmente se celebró un banquete para festejar la reconciliación.
 
Tacio se asoció con Rómulo, con el que gobernó en buena concordia durante cinco años formando una diarquía  (fin del reinado en 745 a. C.). Tacio concedió a Rómulo la mano de su hija Hersilia, llegando también a casarse el que sería rey de Roma, Numa Pompilio, con su hija Tacia.
 
El palacio real estaba situado en el Monte Capitolino, en el mismo lugar donde más tarde sería edificado el templo de Juno.
 
Tras la unión de sabinos y romanos, la ciudad de Roma mantuvo su nombre, y cada ciudadano fue llamado romano, pero como comunidad fueron llamados Quiritas. La diarquía finalizó tras la muerte de Tacio que fue asesinado como venganza por las ofensas causadas por parientes de Tacio al embajador en Roma de los laurentinos, habitantes de Lavinio: los laurentinos, que se habían sentido insultados por Tacio, se aprovecharon de un sacrificio solemne que el rey realizaba en su ciudad para matarlo. 
El cadáver de Tacio fue transportado a Roma y sepultado en el monte Aventino. Sobre su tumba se realizarían anualmente sacrificios en honor a los muertos.
 
Con su muerte quedó Rómulo como único gobernante. Por esta razón Tacio no se incluye como uno de los tradicionales «Siete Reyes de Roma» (Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Tarquinio Prisco, Servio Tulio, Tarquinio el Soberbio (de 753 a. C. hasta 509 a. C. según la cronología tradicional).




ARISTÓTELES DICE SOBRE LOS CONOCIMIENTOS



 
Los grandes conocimientos engendran las grandes dudas.


ACUERDO MITRIDATES DEL PONTO Y TIGRANES DE ARMENIA



TIGRANES.- Mi padre era muy parecido en muchos aspectos al rey de los partos. Los hijos que tenía a su lado en Armenia los fue matando uno a uno, y yo me libré porque me habían enviado de rehén a los ocho años con el rey de los partos. Así, cuando mi padre cayó enfermo, no le quedaba más hijo que yo. El consejo armenio negoció con el rey Mitrídates de Partia mi liberación, pero el precio del rescate era muy elevado: setenta valles armenios, todos ellos en la frontera entre Armenia y la Atropatene media, lo que significaba que mi país perdía parte de sus tierras más fértiles. Además, esos valles tenían ríos auríferos, lapislázuli de gran calidad, turquesas y ónice negro. He jurado que Armenia recobrará esos setenta valles y me propongo encontrar un lugar mejor que este frío hoyo de Artaxata para construir otra capital.

 

MITRÍDATES.- ¿No contribuyó Aníbal al diseño de Artaxata?

 

TIGRANES.- Eso dicen. Mi ambición es la expansión de Armenia hacia el sur, hacia Egipto, y hasta Cilicia por el oeste. Quiero ganar acceso al Mediterráneo, rutas comerciales, tierras más cálidas para cultivar trigo y que todos mis súbditos hablen el griego.¿Qué os parece todo eso, Mitrídates?

 

MITRÍDATES.- Me parece bien, Tigranes . Os garantizo mi apoyo y mis tropas para que lo consigáis... si me apoyáis cuando avance hacia el oeste para apoderarme de la provincia romana de Asia Menor. Podéis quedaros con Siria, Comagene, Osrhoene, Sofene, Gordiea, Palestina y Nabatea. Yo me quedaré Anatolia, la Cilicia incluida.

 

TIGRANES.- ¿Cuándo?

 

MITRÍDATES.- Cuando los romanos estén demasiado ocupados para percatarse de nosotros.  Somos jóvenes, Tigranes, y podemos esperar. Conozco a los romanos y sé que más pronto o más tarde Roma se verá envuelta en una guerra en Occidente o en Africa. En ese momento actuaremos.

 

NOTA APARTE.- Para sellar el pacto, Mitrídates presentó a la hija que había tenido con la difunta Laódice, una muchacha de quince años llamada Cleopatra, y se la ofreció a Tigranes por esposa. Como Armenia aún no tenía reina, Cleopatra ascendería al trono, compromiso de gran importancia, ya que un nieto de Mitrídates sería el heredero del trono de Armenia. Cuando la adolescente de cabello y ojos dorados vio a su futuro esposo, rompió a llorar aterrada por su extraño aspecto, Tigranes hizo una gran concesión para una persona que se ha criado en una cerrada corte oriental de barbas -reales y artificiales- y rizos -auténticos y ficticios-, afeitándose la barba y cortándose el largo cabello. La novia comprobó que, después de todo, era un guapo mozo, puso su mano sobre la de él y le sonrió. Deslumbrado por tanta amabilidad, Tigranes pensó que era un hombre afortunado, quizá la última vez en su vida que sentiría algo semejante a la humildad.




















CÉSAR DICE A CLEOPATRA SOBRE LOS HIJOS



No tener un hijo propio carece de importancia para un romano. Tenemos la libertad legal de adoptar a un hijo, alguien que comparta nuestra sangre, un sobrino o un primo, y a sea en vida o mediante testamento después de la muerte. Cualquier hijo que pudiéramos tener tú y yo, faraona, no sería romano porque tú no eres romana. Por tanto no puede heredar mi nombre ni mis bienes materiales. Y te lo digo muy severamente, aunque estés preñada de mí: no esperes hijos romanos; no es así como funcionan nuestras leyes.





BATALLA DE QUERONEA ENTRE SILA Y ARQUELAO (GENERAL DE MITRIDATES DEL PONTO)



Cuando habían tomado posiciones opuestas unos a otros, Arquelao saco a su ejercito en orden de combate, incitando en todo momento a la lucha, pero Sila tardeaba inspeccionando la naturaleza del lugar y el numero de los enemigos. Sin embargo, al retirarse Arquelao hacia Calcis, lo siguió muy de cerca buscando la oportunidad y el lugar. Y, tan pronto como vio que el acampaba cerca de Queronea en un lugar rocoso en el que no había posibilidad de escapatoria para los vencidos, tomo posesión, al punto, de una ancha llanura cercana y llevo sus tropas a ella con la idea de forzar a Arquelao a luchar, aun en contra de su voluntad. Allí la inclinación de la llanura les resultaba favorable para la persecución y la retirada, en tanto que Arquelao estaba rodeado de escarpaduras que imposibilitaban, de todo punto, la entrada en acción conjunta de todo el ejercito, porque no podía reunirlo, a causa de la desigualdad del terreno, y la huida era imposible, a causa de las escarpas, en el caso de que fuera puesto en fuga. Así pues, Sila, confiando, gracias a estos cálculos, en la mala posición del enemigo, avanzo convencido de que de nada serviria a Arquelao la superioridad numérica de sus fuerzas. Pero este ultimo no estaba resuelto en aquella ocasión a trabar combate con él y, por esta razón, tampoco se había tomado mucho cuidado en elegir el sitio para acampar, así que, cuando Sila estaba ya atacándolo, se dio cuenta demasiado tarde de su mala posición y envió un destacamento de caballería para impedírselo. Una vez que aquellos fueron puestos en fuga y arrojados a los precipicios, envió de nuevo sesenta carros por si podía hender y despedazar la falange enemiga con el ímpetu de estos. Sin embargo, los romanos abrieron filas y los carros, arrastrados hacia la ultima linea de combate por su propio movimiento y teniendo dificultad en dar la vuelta, fueron destruidos por los de retaguardia que los rodearon y descargaron sus dardos contra ellos.



Arquelao, aunque hubiera podido, incluso en su situación, defenderse con firmeza desde su campamento fortificado, puesto que tal vez las rocas hubieran coadyuvado a este menester, saco fuera con precipitación y desplegó con ahincó en orden de batalla a un gran numero de tropas que no se habían hecho a la idea de luchar en este lugar, y se encontró, sobre todo, en un paraje muy estrecho a causa de que Sila estaba ya próximo. Cargando en primer lugar con la caballería a galope tendido, escindió en dos a la formación romana y rodeo a ambas partes con facilidad a causa de su escaso numero. Pero estos se defendieron con denuedo haciendo frente al enemigo en todas partes; los que mas tuvieron que esforzarse fueron las tropas de Galba y Hortensio, contra las que dirigía personalmente el combate Arquelao, pues los bárbaros, en presencia de su general, se esforzaban en mostrar su valor. Finalmente, Sila se dirigió hacia ellos con muchos jinetes, y Arquelao, conjeturando que era Sila el que atacaba, pues vio las insignias del general y una gran nube de polvo, empezó a levantar el cerco y a replegarse a su linea de combate. Pero Sila, con la flor y nata de su caballería, a la que incorporo en el camino dos nuevas cohortes que habían quedado colocadas en reserva, ataco a los enemigos, cuando no habían terminado de ejecutar su maniobra ni de reintegrarse sólidamente a la linea frontal, y, tras sembrar la confusión entre ellos, rompió su formación y los persiguió cuando se daban a la fuga. Mientras que la victoria comenzaba por esta parte, tampoco permaneció inactivo Murena, que estaba colocado en el ala izquierda, sino que censurando a sus soldados por su pereza, cargo con valentía sobre el enemigo y lo puso en fuga.

 

Una vez que las alas del ejercito de Arquelao estuvieron en fuga, el centro no mantuvo ya por mas tiempo su posición, sino que huyeron todos en masa. Y, entonces precisamente, le sucedió a los enemigos todo cuanto había previsto Sila; pues, al no tener un espacio amplio para maniobrar ni campo abierto para la huida, fueron rechazados por sus perseguidores hacia los precipicios. Algunos de ellos cayeron en manos del enemigo al intentar escapar y otros, con una decisión más prudente, huyeron hacia el campamento. Pero Arquelao se situó ante ellos, cerro las puertas del campamento y les ordeno que se dieran la vuelta e hicieran frente a los enemigos, revelando con ello en esta ocasión la mas grande inexperiencia en los avalares de la guerra. Ellos se revolvieron con ardor, pero, como no estaban presentes ya ni sus generales ni sus oficiales, ni reconocían cada uno sus propias enseñas al estar diseminadas a causa de la higa desordenada, ni tenían espacio para huir o luchar, pues ahora, sobre todo, se encontraban mas constreñidos a causa de la persecución, eran muertos sin ofrecer resistencia; unos, por los enemigos sin tiempo para devolver los golpes y, otros, por ellos mismos dada la confusión reinante por causa del número y de la estrechez del lugar. De nuevo huyeron hacia las puertas del campamento y se apelotonaron en torno a ellas, haciendo objeto de sus reproches a los que les cerraban el paso, Les recordaban, a manera de censura, a los dioses patrios y los demás lazos de familiaridad que existían entre ellos, diciéndoles que perecían no tanto a manos de los enemigos, como por culpa de la indiferencia de sus amigos. Finalmente, Arquelao, a duras penas y más tarde de lo necesario, abrió las puertas y los acogió en el interior cuando corrían en pleno desorden. Los romanos, al ver esto y tras darse ánimos unos a otros, en esta ocasión sobre todo, se precipitaron a la carrera con los fugitivos en el interior del campamento y completaron hasta el final su victoria.


(Apiano, en "Sobre Mitridates")