viernes, 2 de junio de 2023

SOBRE LOS VARONES ILUSTRES DE LA CIUDAD DE ROMA, por SEXTO AURELIO VÍCTOR

 

SOBRELOS VARONES ILUSTRES DE LA CIUDAD DE ROMA, por SEXTO AURELIO VÍCTOR

SOBRE  LOS VARONES ILUSTRES DE LA CIUDAD DE ROMA, por SEXTO AURELIO VÍCTOR










LA LUCHA POR EL PODER EN EL IMPERIO ROMANO DURANTE EL SIGLO IV

Galerio, hombre de buen carácter y sobresaliente en asuntos militares, cuando se dio cuenta de que Italia, con la aquiescencia de Constancio, había pasado también a su administración, nombró dos Césares: Maximino, a quien puso al mando de Oriente, y Severo, a quien entregó Italia. Él permaneció en el Ilírico, pero, una vez muerto Constancio, Constantino, hijo suyo, de un matrimonio más que oscuro, fue nombrado emperador en Britania y sucedió a su padre como el gobernante más deseado. Entretanto en Roma los pretorianos, tras iniciar una sublevación, nombraron Augusto a Majencio, hijo de Herculio, que estaba en una villa pública no lejos de la ciudad. Cuando se anunció esto, Maximiano Herculio, estimulado por la esperanza de recobrar su rango, que había dejado en contra de su voluntad, corrió hacia Roma desde Lucania, donde había elegido retirarse como ciudadano, para envejecer en el campo, en un lugar muy agradable; pidió también a Diocleciano que volviera a tomar el poder, que había abandonado, por medio de una carta que aquél no tomó en consideración. Pero Severo César, enviado a Roma por Galerio a reprimir la sublevación de los pretorianos y de Majencio, llegó con el ejército y en el asedio de la ciudad fue abandonado por la traición de sus propios soldados.


( Eutropio en Brevario de la historia de Roma )







HECHOS DEL DIVINO AUGUSTO, por OCTAVIO CÉSAR AUGUSTO

El libro se encuentra en la Biblioteca privada del Cónsul de Roma, y podéis acceder a él, clicleando encima del texto o primeras imágenes: 

HECHOSDEL DIVINO AUGUSTO, por OCTAVIO CÉSAR AUGUSTO




El libro "Hechos del Divino Augusto" (Res Gestae Divi Augusti en latín) es un texto histórico escrito por Octavio César Augusto, el primer emperador romano, también conocido como Augusto. El libro es una autobiografía en la que Augusto narra sus logros y acciones durante su vida y su reinado.


En "Hechos del Divino Augusto", Augusto describe su ascenso al poder, su papel en el fin de las guerras civiles romanas y la restauración de la paz y la estabilidad en el Imperio Romano. También destaca sus reformas políticas, administrativas y militares, así como su generosidad hacia el pueblo romano.


El libro está dividido en dos partes. La primera parte se centra en la vida de Augusto antes de convertirse en emperador, incluyendo su relación con su tío Julio César y su papel en la guerra civil que siguió a la muerte de César. La segunda parte se centra en su reinado como emperador, incluyendo sus logros políticos y militares, así como su vida personal.


Entre los detalles más relevantes del libro se encuentran los siguientes:

Augusto describe su ascenso al poder y cómo consolidar su posición como el primer emperador de Roma.

El libro incluye detalles sobre las guerras que Augusto libró durante su reinado, incluyendo la conquista de Egipto y la pacificación de la Galia.

Augusto también describe sus logros políticos, como la creación de un sistema de gobierno estable y la reforma del ejército romano.

El libro también incluye detalles sobre la vida personal de Augusto, incluyendo su matrimonio con Livia y su relación con su hija Julia.

Además, Augusto describe su filosofía de gobierno y su visión para el futuro de Roma.


El libro se escribió en el año 14 d.C., poco antes de la muerte de Augusto, y se exhibió públicamente en diferentes lugares del Imperio Romano para que el pueblo pudiera conocer los logros y las obras de su emperador. Es una fuente importante para comprender la visión que Augusto tenía de sí mismo y cómo quería ser recordado.



SEXTO AURELIO VÍCTOR, HISTORIADOR Y POLÍTICO DEL IMPERIO ROMANO

Sexto Aurelio Víctor (Sextus Aurelius Victor, en latín) (c. 320 - c. 390) fue un historiador y político del Imperio romano.

 

Aurelio Víctor fue el autor de una Historia de Roma desde Augusto a Juliano el Apóstata (360), publicada hacia 361. Juliano le honró nombrándole prefecto de Pannonia Secunda. Posiblemente es la misma persona que se conoce como cónsul en 369, junto al hijo de Valentiniano I, y el prefecto de la ciudad de Roma (389).

 

Le han sido atribuidas cuatro obras, con mayor o menor certeza:

 

Origo Gentis Romanae

De Viris Illustribus Romae

De Caesaribus

De Vita et Moribus Imperatorum Romanorum excerpta ex Libris Sex. Aur. Victoris.

 

Estas cuatro obras han sido publicadas generalmente de forma conjunta bajo el nombre de Historia Romana, siendo la segunda la primera en ser impresa en Nápoles en 1472, en cuatro tomos, erróneamente atribuida a Plinio el Joven. La cuarta obra fue publicada en Estrasburgo en 1505.

 

La primera edición completa de los cuatro libros fue realizada por Andreas Schottus en ocho volúmenes en Amberes en 1579.

 

Sexto Aurelio Víctor dejó un importante legado como historiador, proporcionando valiosa información sobre la historia y los líderes del Imperio romano. Su obra continúa siendo estudiada y apreciada por su contribución al conocimiento de la antigua Roma.


Veamos algunas citas sobre los primeros emperadores de su obra "De Caesaribus", que es su trabajo más conocido: 

Sobre el emperador Augusto: "Augusto, el primer emperador, fue un hombre de gran sabiduría y prudencia, que gobernó el imperio con justicia y equidad." (De Caesaribus, capítulo 1)

Sobre el emperador Tiberio: "Tiberio, su sucesor, fue un hombre de gran habilidad militar, pero su gobierno estuvo marcado por la crueldad y la tiranía." (De Caesaribus, capítulo 2)

Sobre el emperador Calígula: "Calígula, el tercer emperador, fue un hombre de gran extravagancia y locura, cuyo reinado estuvo lleno de violencia y terror." (De Caesaribus, capítulo 3)

Sobre el emperador Claudio: "Claudio, el cuarto emperador, fue un hombre de gran erudición y sabiduría, pero su gobierno estuvo marcado por la debilidad y la indecisión." (De Caesaribus, capítulo 4)



Sobre el emperador Nerón: "Nerón, el quinto emperador, fue un hombre de gran talento artístico, pero su reinado estuvo marcado por la crueldad y la depravación." (De Caesaribus, capítulo 5)




















CAYO SUETONIO PAULINO, EL GENERAL ROMANO QUE DERROTÓ A BOUDICA

Cayo Suetonio Paulino a​ fue un político y general romano que vivió en el siglo I, conocido por ser el comandante que derrotó a la rebelión encabezada por la reina Boudica.


Habiendo sido pretor, fue destinado a Mauritania en el año 42 en calidad de legatus legionis con orden de suprimir una revuelta. Fue el primer romano que cruzó la cordillera del Atlas. Plinio el Viejo describe su histórica marcha en su obra Naturalis Historia.


En el año 59 fue nombrado gobernador de Britania, en sustitución de Quinto Veranio. Paulino continúo la agresiva política de Veranio subyugando a las tribus asentadas en el territorio que hoy en día es Gales, y durante sus dos primeros años en el cargo tuvo éxito. Su reputación como general rivalizaba con la de Cneo Domicio Corbulón. Bajo sus órdenes sirvieron dos futuros gobernadores de la provincia: Quinto Petilio Cerial como legado de la Legio IX Hispana, y Cneo Julio Agrícola como tribuno militar de la Legio II Augusta.


En el año 61 Suetonio asedió la isla de Mona (Anglesey), que constituía el refugio central de los druidas fugitivos de la isla y ejercía como su capital. Las tribus del sudeste aprovecharon la ausencia del general y se rebelaron liderados por la reina Boudica de los icenos.
Era en el año 60 o 61 d.C., cuando la reina celta Boudica lideró una rebelión contra los romanos en Britania. La rebelión fue motivada por la opresión y el abuso de poder de los romanos hacia las tribus locales. Boudica logró reunir un gran ejército y derrotó a varias legiones romanas en su camino hacia Londinium (actual Londres). Sin embargo, su victoria no duró mucho tiempo porque Cayo Suetonio Paulino reunió a sus tropas y se enfrentó a Boudica en la Batalla de Watling Street. A pesar de que el ejército de Boudica era mucho más grande, los romanos lograron vencer gracias a su disciplina y estrategia militar .

La destrucción de la colonia romana ubicada en Camulodunum (Colchester) obligó a la legión dirigida por Petilio Cerial a regresar. Tras arrasar la isla de Man, Suetonio marchó a través de la carretera construida sobre el territorio de Watling Street hacia Londinium (Londres), el próximo objetivo de los rebeldes. Sin embargo, los romanos juzgaron que carecían de suficientes tropas para defender la ciudad y ordenaron su evacuación. A su llegada los rebeldes la destruyeron e hicieron lo mismo con Verulamium (St Albans).



Como he mencionado, Suetonio reagrupó a las tropas de la XIV Gemina, a algunos destacamentos de la XX Valeria Victrix y a un gran número de tropas auxiliares. La II Augusta, acampada en Exeter, estaba disponible, pero su prefecto, Poenio Postumo, decidió hacer caso omiso a la llamada. Sin embargo Suetonio fue capaz de reunir una considerable fuerza compuesta por unos diez mil hombres, fuertemente en minoría con respecto a las tropas de Boudica, quien disponía de 100.000 hombres según escribe Tácito en Anales y 230.000 según escribe Dión Casio en Historia Romana. Los dos ejércitos se enfrentaron en un lugar desconocido en las inmediaciones de un desfiladero boscoso, probablemente en la región de Midlands del Oeste, en lo que se llamó después la Batalla de Watling Street. Durante la batalla, la táctica y la disciplina de las legiones romanas triunfaron sobre las hordas britanas. La huida de los britanos se vio dificultada por la presencia de sus propias familias y sus carros, que habían acampado en un anillo en torno al campo de batalla, y por tanto se convirtió en una auténtica masacre. Tácito estima las bajas de los britanos en unos 80.000 hombres en comparación con los 400 romanos. La propia Boudica se envenenó y Póstumo se suicidó al darse cuenta que había negado a sus hombres su parte de la victoria.

 

La victoria de Cayo Suetonio Paulino sobre Boudica ayudó a consolidar el control romano sobre Britania. Los romanos reforzaron su presencia militar en la isla y establecieron una serie de fortificaciones para protegerse de futuras rebeliones. También adoptaron una política más conciliadora hacia las tribus locales para evitar futuros conflictos.


Tras la gran victoria, Suetonio reagrupó a su ejército, reforzado por legionarios y algunos auxiliares de diferente nacionalidad e inició una serie de expediciones de castigo por el territorio de las tribus que habían apoyado la rebelión de Boudica. El nuevo procurator de la provincia, Cayo Julio Alpino Clasiciano informó al emperador Nerón que las actividades de Paulino estaban destinadas a continuar las hostilidades y se creó un proceso contra el gobernador dirigido por el liberto Policlito. Los investigadores, utilizando como excusa la pérdida de unos barcos, depusieron a Paulino y lo reemplazaron por el más conciliador Publio Petronio Turpiliano.

 

A largo plazo, la rebelión de Boudica tuvo un impacto significativo en la relación entre los romanos y las tribus locales. Aunque los romanos lograron sofocar la rebelión, la brutalidad con la que trataron a los rebeldes dejó una huella duradera en la memoria colectiva de las tribus locales. No obstante, la rebelión también demostró que los romanos no eran invencibles y que las tribus locales podían resistir su dominio.


Suetonio fue designado consul ordinarius en el año 66.​ En el año 69, durante el año de guerras civiles que siguieron a la muerte de Nerón, conocido como el año de los cuatro emperadores, Suetonio se unió a Otón y fue nombrado comandante y consejero militar. Él y Publio Mario Celso derrotaron a uno de los generales de Vitelio, Aulo Cecina Alieno en las inmediaciones de Cremona. Sin embargo Suetonio no permitió a sus tropas perseguir a los enemigos derrotados para matarlos y por ello fue acusado de traición. Cuando el ejército de Cecina se unió a las tropas de Fabio Valente, Suetonio aconsejó a Otón evitar la batalla, pero no se le escuchó y como resultado se produjo la decisiva derrota del emperador en Bedriacum. Suetonio fue capturado por Vitelio tras la derrota pero obtuvo el perdón del nuevo emperador al clamar que había conducido deliberadamente a la derrota a Otón, aunque esto sea probablemente incierto.

A modo de semblanza, cabe decir que Cayo Suetonio Paulino fue un hombre ambicioso y dedicado que se convirtió en general romano motivado por su amor por la patria y su deseo de servir al Imperio. Como muchos romanos de su tiempo, probablemente buscaba gloria y honor en el campo de batalla, así como el ascenso social y político que acompañaba a los éxitos militares. Su dedicación a Roma y su ambición personal lo impulsaron a perseguir una carrera en el ejército y a destacarse como líder militar. Desde joven Suetonio mostró una gran habilidad para la estrategia militar y la política, lo que lo llevó a ser nombrado pretor y luego legatus legionis en Mauritania.

Suetonio era conocido por ser un líder carismático, por su disciplina y  por sus habilidades tácticas, lo que le permitió ganarse el respeto y la lealtad de sus tropas. Mantenía una estrecha relación con sus legionarios, compartiendo sus dificultades y liderándolos en el campo de batalla. Este enfoque de liderazgo basado en la confianza y el respeto mutuo contribuyó a su éxito en la dirección de sus soldados. También se dice que era un hombre de gran inteligencia y cultura, que valoraba la educación, el estudio constante,  y la investigación.

En sus relaciones con otros líderes políticos y militares, Suetonio era conocido por ser un hombre astuto y diplomático, que sabía cómo manejar las complejas relaciones entre las diferentes facciones del Imperio, teniendo una especial rivalidad con Cneo Domicio Corbulón, y sorteando tanto al emperador Otón como al emperador Vitelio, sin salir demasiado afectado entre las disputas por el trono imperial. También se dice que era un hombre leal y comprometido con sus aliados, y que trabajó duro para mantener buenas relaciones con los líderes locales y los gobernadores de las provincias.

Tenía los valores y principios comprometidos con los ideales romanos de disciplina, lealtad y servicio a Roma,  que guiaron su vida y su carrera, Suetonio era un hombre profundamente patriótico que creía en la grandeza del Imperio Romano y en la importancia de mantener la ley y el orden en todas las provincias. También se dice que era un hombre de gran integridad y honestidad, que se negaba a aceptar sobornos o participar en actividades ilegales.





jueves, 1 de junio de 2023

LECCIÓN DE QUINTO HORACIO FLACO SOBRE LA VIDA SENCILLA

El poeta romano Quinto Horacio Flaco escribió este consejo en su obra “Epístolas” (I, 18, 106-107): “Evita las empresas grandiosas; puedes, bajo un humilde techo, aventajar, por tu modo de vivir, a los reyes y a los amigos de reyes.”

 

En este consejo, Horacio nos invita a evitar las empresas grandiosas y a vivir modestamente.  Es decir, a proyectos o trabajos que pueden parecer muy importantes o impresionantes, pero que en realidad pueden ser muy complicados y difíciles de llevar a cabo. En cambio, nos sugiere que es mejor buscar proyectos más modestos, que puedan ser realizados con menos recursos y esfuerzo, evitando el deseo de realizar grandes hazañas o ambicionar una posición social elevada que absorbiera nuestras fuerzas más de la cuenta, y en consecuencia conllevara insatisfacción y frustración.

 

El poeta romano da a entender que es posible vivir mejor en un hogar humilde que aventajar a los reyes y amigos de los reyes en su modo de vida ( queriendo referirse a los más poderosos y ricos del mundo), si se hacen las cosas con sabiduría y sensatez.

 

Este consejo del poeta romano,  es una reflexión sobre la felicidad y la vida sencilla. Horacio nos recuerda que la felicidad no se encuentra en la riqueza o el poder, sino en la satisfacción de nuestras necesidades básicas y en el disfrute de las cosas simples de la vida. Vivir modestamente y con más tranquilidad nos permite ser más independientes y libres, y nos ayuda a evitar las preocupaciones, las ansias insaciables, y el estrés que conlleva una vida llena de ambición y deseo de poder y riquezas.

 

Este consejo nos enseña que no es necesario tener muchas riquezas materiales, fama o poder para ser exitosos o felices. En cambio, Horacio nos anima a cultivar virtudes como la humildad, la honestidad, la generosidad y la sabiduría. Estas cualidades son las que realmente nos distinguen como personas y nos permiten alcanzar una vida plena y significativa, en la que aprendiendo a ser sabios, sabemos hacer lo correcto y terminamos mucho más realizados.

 

Creo que lo Horacio quería decir es que no debemos preocuparnos tanto por hacer cosas grandiosas o tener cosas materiales impresionantes, sino que debemos centrarnos en vivir de una manera humilde, sencilla, y sin demasiados agobios. En lugar de buscar la grandeza y la ostentación, debemos centrarnos en vivir de una manera que nos haga felices y nos permita ser mejores personas. Esto significa que no debemos preocuparnos tanto por tener cosas materiales costosas o hacer cosas impresionantes, sino que debemos centrarnos en ser amables, honestos y respetuosos con los demás. Saber ser humildes, aprender lo correcto, cuidar de nosotros mismos y de las relaciones que tenemos con los demás procurando que sean buenas.

 

De hecho, pienso que Horacio sugiere que vivir de una manera humilde, positiva, y sencilla puede ser incluso mejor que vivir de una manera grandiosa. Si vivimos de una manera que nos hace felices y nos permite ser mejores personas, sabiendo ganar conocimientos y cuidar bien la propia salud, entonces podemos aventajar a los reyes y a los amigos de los reyes, incluso si vivimos en un humilde techo. Porque como dijo una vez alguien: si tienes salud, y te has ganado el aprecio de la gente que te rodea, lo tienes todo.

 

Creo, aparte que este consejo ha influido en la cultura romana y en la sociedad actual, por la parte de la filosofía estoica que promueve la vida sencilla y la moderación, que fue muy popular en los tiempos del Imperio Romano, y que sigue siendo relevante en la mentalidad de la vida cotidiana de hoy en día.


LA LUCHA CONSTANTE DE LA VIDA, UNA LECCIÓN SOBRE LA CITA DEL EMPERADOR MARCO AURELIO

 

En su libro “Meditaciones”, el emperador romano Marco Aurelio escribió: “El arte de vivir se asemeja más a la lucha que a la danza en lo que se refiere a estar firmemente dispuesto a hacer frente a los accidentes incluso imprevistos”.

 

Esta cita significa que vivir es como una lucha constante en la que debemos estar preparados para enfrentar cualquier situación, incluso las imprevistas. La vida no es una danza divertida en la que todo fluye armoniosamente sin problemas, sino más bien una lucha constante que puede llegar a ser muy dura y desagradable, y en la que debemos estar preparados para enfrentar los desafíos con actitud firme y decidida, y superarlos en cualquier situación que se nos presente, con perseverancia y sin rendirnos incluso ante todo aquello que no podemos prever o anticipar, tratando de ir creciendo como personas a medida que vamos avanzando por la vida.

 

La danza puede ser una cosa hermosa y fluida, pero no requiere la misma determinación y fuerza que la lucha que acostumbra a ser algo muy duro y cansado. En la vida, a menudo nos enfrentamos a desafíos y obstáculos imprevistos, y debemos estar preparados con fuerza y ​​determinación, como si estuviéramos luchando en una batalla de resultado incierto y con el objetivo predeterminado de no perder ni dejarse vencer.

 

La idea detrás de esta cita es que la vida no siempre es fácil y puede ser impredecible. Sin embargo, si estamos firmemente dispuestos a enfrentar los desafíos que se nos presentan, podemos superarlos y crecer como personas. En lugar de rendirnos ante los obstáculos, debemos estar preparados para luchar y perseverar, incluso cuando las cosas se pongan difíciles o imposibles.

 

Esta enseñanza de un estoico como Marco Aurelio puede ser útil en nuestra vida diaria. Nos recuerda que, en lugar de buscar una existencia sin problemas, debemos aceptar que los contratiempos son inevitables, aprendiendo también a prevenirnos. A través de la perseverancia y la actitud adecuada, podemos enfrentar los desafíos con determinación y encontrar oportunidades para aprender y crecer.