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sábado, 4 de abril de 2020

EL CÓNSUL QUINTO CECILIO METELO NEPOTE



Quinto Cecilio Metelo Nepote (en latín, Quintus Caecilius Metellus Nepos; 100 a. C.-55 a. C.) fue un político de la época final de la República romana, hijo de Quinto Cecilio Metelo Nepote. Quinto pertenecía a la familia Metela de la gens Cecilia. Obtuvo el cargo de tribuno de la plebe en 63 a. C.; el de pretor en 60 a. C.; el de cónsul en 57 a. C.; y el gobierno proconsular de la provincia de Hispania Citerior en 56 a. C.

 

Nepote y su hermano, el también cónsul Quinto Cecilio Metelo Céler, fueron legados de 67 a. C. a 63 a. C. de Cneo Pompeyo Magno en sus campañas en Asia contra Mitrídates VI del Ponto, Tigranes el Grande de Armenia y los piratas. A su regreso a Roma se presentó al cargo de tribuno junto a su hermano Metelo Céler y ambos fueron elegidos el mismo año de Marco Porcio Catón. Durante su tiempo en el cargo los dos hermanos llevaron a cabo una violenta campaña contra Marco Tulio Cicerón que tenía al pueblo y al Senado en contra debido a las ejecuciones ilegales de ciudadanos romanos que habían estado implicados en la conjuración de Lucio Sergio Catilina, como el padrastro de Marco Antonio, Publio Cornelio Léntulo Sura.

 

Nepote y Céler propusieron, a petición de César con el que en ese momento mantenían buenas relaciones, que Cneo Pompeyo Magno volviera con su ejército del este para restaurar el orden, pues empezaban a generalizarse los disturbios, y para proteger a los ciudadanos de castigos arbitrarios como los efectuados por Cicerón. Las partes se encontraban en estado de gran exaltación: el día en que el proyecto de ley iba a ser presentado, Catón trató de impedir su lectura, pero fue expulsado del foro por la fuerza. Pronto, sin embargo, volvió con el apoyo de un gran número de miembros de la aristocracia y esta vez la propuesta fue rechazada. Metelo Nepote se vio obligado a huir a África donde se encontraba Pompeyo. El Senado propuso privarlo de su cargo y, de acuerdo, con algunas versiones de hecho lo hicieron.

 

En 60 a. C. se presentó con éxito a la pretura gracias al apoyo de Pompeyo, que había regresado a Roma, y en 57 a. C. obtuvo el consulado junto a Publio Cornelio Léntulo Espínter como colega. Nepote y Céler se reconciliaron con Cicerón, que aún estaba en el exilio. La influencia de ambos hermanos consiguió que el célebre orador fuera llamado del destierro, al que había sido condenado debido a sus cuestionables actuaciones consulares, con el objeto de combatir a Publio Clodio Pulcro. Cicerón le escribió para expresar su gratitud;​ en discursos posteriores con frecuencia elogiaba su moderación y magnanimidad.

 

En 56 a. C., Nepote obtuvo el gobierno proconsular de Hispania Citerior, donde conquistó La Coruña, lugar donde los vacceos habían derrotado de una forma aplastante a su padre, Quinto Cecilio Metelo Nepote. Pero al año siguiente, 55 a. C., los vacceos reconquistaron la ciudad de Clunia y avanzaron con fuerzas tan considerables que Metelo no se atrevió a enfrentarlos. Metelo parece que murió en el curso de ese año, tras su regreso a Roma, ya que su nombre no vuelve a aparecer. En su testamento nombró a Carrinas (probablemente el cónsul del año 43 a. C.) heredero de todas sus propiedades, pasando por encima de todos los Metelos y también de los Claudios Pulcros, con los que estaba emparentado.

 

Metelo no se adhirió estrictamente a los principios políticos de su familia. No apoyó a la aristocracia, al igual que su hermano, ni, por otra parte, puede decirse que fuese un líder de los populares. De hecho, era poco más que un siervo de Pompeyo y, de acuerdo a sus órdenes, en algunos momentos se opuso a Cicerón y en otros lo apoyó.


domingo, 16 de junio de 2019

CLODIA



Clodia fue una dama patricia romana, nacida en 95 a. C., tercera hija del patricio Apio Claudio Pulcro y Cecilia Metela y hermana de Publio Clodio Pulcro.
 
Como las mujeres de clase alta de su época, Clodia recibió buena educación en Griego y en Filosofía, con un talento especial para escribir poesía. Su vida, inmortalizada en los escritos de Cicerón y también, según creencia general, en los poemas de Catulo, fue caracterizada por unos continuos escándalos.
 
Junto con su hermano Publio Clodio Pulcro, se cambió el nombre patricio Claudia al de Clodia, de connotación plebeya.
 
Clodia se casó con Lúculo y se divorció en 66 a. C. tras una disputa entre éste y su hermano Publio, y después con su primo Quinto Cecilio Metelo Céler. El matrimonio no fue feliz.
 
Clodia tuvo varias aventuras con hombres casados y esclavos, convirtiéndose al mismo tiempo en una famosa jugadora y bebedora. Las discusiones con Metelo Celer eran constantes, a menudo en público. Cuando Metelo Celer murió en extrañas circunstancias en 59 a. C., se sospechó que ella le había envenenado.
 
Como viuda, Clodia empezó a ser conocida como una mujer de vida alegre, tomando varios amantes, entre ellos posiblemente al poeta Catulo, quien perdería el favor de Clodia y, celoso y encolerizado, empezó a escribir contra Clodio. Pero fue otra de sus aventuras la que causó un tremendo escándalo, la que mantuvo con Marco Celio Rufo, el amigo de Catulo.
 
 Después de terminar la relación con Celio en 56 a. C., Clodia le acusó públicamente de intentar envenenarla. Hubo acusación de asesinato y un juicio. El defensor de Celio era Cicerón, que la trató muy duramente, (discurso Pro Caelio) ya que tenía un interés personal en el caso, porque su hermano Publio Clodio era su enemigo político más acérrimo.
 
 Entre otras cosas, Clodia fue acusada de ser una seductora y una borracha en Roma y en Baiae, así como de cometer incesto con su hermano Publio. La llamó una desgracia para su familia y la apodó Clodia la Medea del Palatino. Parece ser que el matrimonio de Cicerón con Terencia sufría por las sospechas persistentes de ésta de que Cicerón estaba teniendo una aventura con Clodia.
 
Quizás la palabra «celo» viene del enfrentamiento entre Celio y Cátulo. Es en este discurso de Cicerón donde se indica claramente su pertenencia a la gens Claudia, a través de su padre y su antecesor, Apio Claudio el Censor, responsable de la construcción de la Vía Apia.
 
Después del juicio de Celio, en el que éste fue encontrado no culpable, no se sabe nada o muy poco sobre Clodia, y se desconoce la fecha de su muerte. Debido a que las mujeres romanas no eran identificadas con nombres personalizados, hay cierta dificultad en identificarlas. Tal vez esta Clodia o una hermana estaba aún viva en 44 a. C.
El poeta Catulo escribió varios poemas de amor referentes a una mujer llamada Lesbia,​ identificada en la segunda mitad del siglo por el escritor Apuleyo (Apología 10) como una "Clodia". Esta práctica de sustituir nombres reales por unos con idéntico valor métrico era usual en la poesía latina de la época.
 
 La identificación de Lesbia con Clodia, basada sobre todo en el retrato que hizo de ella Cicerón, es un hecho aceptado, a pesar de detractores ocasionales.
 
La historiadora especializada en Roma, Suzanne Dixon, refiere un poderoso argumento no sólo contra la identificación de Clodia con Lesbia sino también sobre que 'Lesbia' se refería a una mujer real.
 
Existe una muy interesante versión sobre los amores de Clodia con su hermano y demás patricios romanos en un cuento de la colección Vidas imaginarias, de Marcel Schwob. Hay edición en español de la editorial Longseller.



sábado, 17 de noviembre de 2018

EL CÓNSUL QUINTO CECILIO METELO CÉLER


Quinto Cecilio Metelo Céler (en Latín, Quintus Caecilius Q. f. Q. n. Metellus Celer; 100 a. C.-59 a. C.) fue un político y militar romano, cónsul en el año 60 a. C.
 
Era probablemente hijo del cónsul del año 98 a. C., Quinto Cecilio Metelo Nepote, y hermano de Quinto Cecilio Metelo Nepote, cónsul a su vez en el año 57 a. C. La duda en el parentesco deriva tanto de Cicerón como de Asconio, porque llaman a Metelo Céler frater (hermano o primo) de Metelo Nepote el Joven y Asconio añade que era hijo de Metelo Nepote el Viejo, nieto de Metelo Baleárico y bisnieto de Metelo Macedónico.
 
En 66 a. C. sirvió como legatus del ejército de Gneo Pompeyo en Asia durante la tercera guerra mitridática y rechazó un ataque de los albaneses del Cáucaso dirigidos por su rey Oroeses.
 
Regresó a Roma y fue elegido pretor en el año 63 a. C., año en el que Cicerón fue cónsul. Apoyó al partido aristocrático. Impidió la condena de Cayo Rabirio mediante la eliminación de la bandera militar del monte Janículo.
 
Durante la conspiración de Catilina, tuvo a su cargo los distritos de los picentinos y de los senones. Bloqueó los pasos de los Apeninos por lo que obligó a Catilina a encarar al cónsul Antonio que avanzaba sobre Etruria.
 
En el año 62 a. C. fue propretor con el título de procónsul de la provincia de la Galia Cisalpina debido a que Cicerón había renunciado a ser su gobernador, pues no estaba dispuesto a abandonar Roma. A pesar de que Metelo y Cicerón habían sido estrechos colaboradores, él se enojó mucho cuando el orador atacó a su hermano Nepote.
 
En el 61 a. C. Metelo fue elegido cónsul. Por su influencia, impidió la celebración de la Compitalia, que un tribuno de la plebe quería celebrar en oposición de un senatus consultum que lo prohibía. A final de año bloqueó, junto con otros (entre ellos Marco Porcio Catón), las peticiones de los publicanos para pagar menos impuestos por las tierras de Asia. Su petición fue rechazada, pero Julio César les concedió lo solicitado posteriormente, en 59 a. C., mediante un proyecto de ley presentado en los comicios para tal fin.
 
Fue cónsul en el 60 a. C. junto con Lucio Afranio, partidario de Gneo Pompeyo. Pompeyo estaba ansioso por obtener la ratificación de sus actos en Asia y de conseguir una asignación de tierras para sus soldados, pero Afranio no era un hombre de capacidad y energía suficientes para llevar a cabo estos deseos. Metelo frustró todos sus planes, ya que Pompeyo era considerado en ese momento el enemigo más formidable de la aristocracia. Fue esta oposición lo que llevó a Pompeyo a los brazos de César y, por lo tanto, preparó la caída de la República. Metelo se opuso a la ley agraria del tribuno Lucio Flavio hasta el punto de ordenar el tribuno su encarcelamiento, pero ni así consiguió doblegar su oposición y finalmente la ley fue retirada.
 
Actuó con tanta energía y decisión a favor de la aristocracia que Cicerón lo llamó egregius consul y, aunque al principio no se opuso a la adopción de Clodio en una familia plebeya por no dar importancia al asunto, al darse cuenta de que Clodio iba a favorecer la causa del partido democrático, Metelo se opuso a su plan usando todo su poder a pesar de que estaba casado con Clodia, hermana de Publio Clodio Pulcro.
 
Como existía una amenaza de guerra en las Galias, el Senado determinó que los cónsules debían por sorteo asumir la gobernación de dichas provincias, pero Metelo, al parecer, no llegó a salir de Roma en el año 59 a. C. Murió tan repentinamente ese año, que se supuso que había sido envenenado por su esposa Clodia, hija de Apio Claudio Pulcro y Cecilia Metela. Su esposa era una auténtica libertina, amante de su hermano Clodio, de Celio, del poeta lírico Cayo Valerio Catulo (que la mencionaba en sus poemas como Lesbia) y de muchos otros. Metelo fue tal vez padre de Cecilia Metela.