Clodia fue una dama patricia romana, nacida en 95 a.
C., tercera hija del patricio Apio Claudio Pulcro y Cecilia Metela y hermana de
Publio Clodio Pulcro.
Como las mujeres de clase alta de su época, Clodia
recibió buena educación en Griego y en Filosofía, con un talento especial para
escribir poesía. Su vida, inmortalizada en los escritos de Cicerón y también,
según creencia general, en los poemas de Catulo, fue caracterizada por unos
continuos escándalos.
Junto con su hermano Publio Clodio Pulcro, se cambió
el nombre patricio Claudia al de Clodia, de connotación plebeya.
Clodia se casó con Lúculo y se divorció en 66 a. C.
tras una disputa entre éste y su hermano Publio, y después con su primo Quinto
Cecilio Metelo Céler. El matrimonio no fue feliz.
Clodia tuvo varias aventuras con hombres casados y
esclavos, convirtiéndose al mismo tiempo en una famosa jugadora y bebedora. Las
discusiones con Metelo Celer eran constantes, a menudo en público. Cuando
Metelo Celer murió en extrañas circunstancias en 59 a. C., se sospechó que ella
le había envenenado.
Como viuda, Clodia empezó a ser conocida como una
mujer de vida alegre, tomando varios amantes, entre ellos posiblemente al poeta
Catulo, quien perdería el favor de Clodia y, celoso y encolerizado, empezó a
escribir contra Clodio. Pero fue otra de sus aventuras la que causó un tremendo
escándalo, la que mantuvo con Marco Celio Rufo, el amigo de Catulo.
Después de
terminar la relación con Celio en 56 a. C., Clodia le acusó públicamente de
intentar envenenarla. Hubo acusación de asesinato y un juicio. El defensor de
Celio era Cicerón, que la trató muy duramente, (discurso Pro Caelio) ya que
tenía un interés personal en el caso, porque su hermano Publio Clodio era su
enemigo político más acérrimo.
Entre otras
cosas, Clodia fue acusada de ser una seductora y una borracha en Roma y en
Baiae, así como de cometer incesto con su hermano Publio. La llamó una
desgracia para su familia y la apodó Clodia la Medea del Palatino. Parece ser
que el matrimonio de Cicerón con Terencia sufría por las sospechas persistentes
de ésta de que Cicerón estaba teniendo una aventura con Clodia.
Quizás la palabra «celo» viene del enfrentamiento
entre Celio y Cátulo. Es en este discurso de Cicerón donde se indica claramente
su pertenencia a la gens Claudia, a través de su padre y su antecesor, Apio
Claudio el Censor, responsable de la construcción de la Vía Apia.
Después del juicio de Celio, en el que éste fue
encontrado no culpable, no se sabe nada o muy poco sobre Clodia, y se desconoce
la fecha de su muerte. Debido a que las mujeres romanas no eran identificadas
con nombres personalizados, hay cierta dificultad en identificarlas. Tal vez
esta Clodia o una hermana estaba aún viva en 44 a. C.
El poeta Catulo escribió varios poemas de amor
referentes a una mujer llamada Lesbia, identificada en la segunda mitad del
siglo por el escritor Apuleyo (Apología 10) como una "Clodia". Esta
práctica de sustituir nombres reales por unos con idéntico valor métrico era
usual en la poesía latina de la época.
La
identificación de Lesbia con Clodia, basada sobre todo en el retrato que hizo
de ella Cicerón, es un hecho aceptado, a pesar de detractores ocasionales.
La historiadora especializada en Roma, Suzanne Dixon,
refiere un poderoso argumento no sólo contra la identificación de Clodia con
Lesbia sino también sobre que 'Lesbia' se refería a una mujer real.
Existe una muy interesante versión sobre los amores
de Clodia con su hermano y demás patricios romanos en un cuento de la colección
Vidas imaginarias, de Marcel Schwob. Hay edición en español de la editorial
Longseller.
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