martes, 4 de junio de 2019

DISCURSO DEL JEFE DE LOS BANDIDOS THYAMIS



Camaradas, ya sabéis lo que he sentido siempre por vosotros. Como sabéis, soy hijo del sumo sacerdote de Menfis, pero no me dediqué al sacerdocio tras la muerte de mi padre, pues mi hermano menor me usurpó el cargo ilegalmente. Me refugié con vosotros con la esperanza de vengarme y recuperar el cargo. Me elegisteis como líder y, hasta hoy, he tenido como norma no llevarme una parte del botín mayor que el resto de vosotros. Si se trataba de dinero, me he conformado con un porcentaje igual, y si se trataba de vender prisioneros, he aportado lo recaudado al fondo común en la creencia de que un líder tan bueno como creo ser debe asumir la mayor parte del trabajo pero recibir la misma parte de los beneficios. En cuanto a los prisioneros, he incorporado a la banda a aquellos hombres cuya fuerza física podía sernos de utilidad y he vendido a los más débiles; nunca he maltratado a una mujer, sino que he liberado a las de alta cuna a cambio de un rescate o simplemente porque sentía lástima de su desgracia, mientras que a las de extracción humilde, para las cuales la esclavitud más que una imposición era la forma de vida normal, las he distribuido entre vosotros para que fueran vuestras sirvientas.

( Heliodoro en "Las etiópicas" )











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