Bomílcar
fue un noble númida y uno de los mayores seguidores del rey Yugurta, al que
finalmente traicionó.
Amigo
íntimo de Yugurta y depositario de una inmensa confianza, Bomílcar fue
utilizado como agente secreto. Sobre todo, cuando Yugurta se encontraba en Roma
en 108 a. C.Bomílcar asesinó al Príncipe Massiva, que se encontraba en Roma con
el fin de presionar al Senado para que le declarara rey de Numidia.
Massiva era nieto de Masinisa y por tanto uno
de los principales rivales de Yugurta al trono. El asesinato fue descubierto y
se acusó de cometerlo a Bomílcar, al que se encerró para que compareciera en un
juicio. Sin embargo, antes de que se celebrase, Yugurta le rescató y le trajo a
Numidia.
Al
año siguiente, cuando estalló la Guerra de Yugurta, comandó una parte del
ejército númida y fue derrotado por Publio Rutilio Rufo en la Batalla de
Muthul.
Durante
el invierno de ese mismo año, el general romano al cargo del frente, Quinto
Cecilio Metelo el Numídico, lo abrumó con
promesas de favorecerle si entregaba a Yugurta, vivo o muerto.
Bomílcar aceptó entusiasmado ante la
posibilidad de coronarse rey de Numidia, al mismo tiempo aconsejó a su rey que
enviara a Metelo ofertas de rendición.
Debido
a este consejo, el rey comenzó a sospechar de su hasta entonces más leal
súbdito y lo ejecutó por traición al descubrir la conspiración contra él por el
agente o secretario de un noble que participaba en la misma; el noble, llamado
Nabsalda, también fue probablemente asesinado.
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