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sábado, 17 de octubre de 2020

LA FORMACIÓN DE LA LEGIÓN ROMANA DURANTE LA REPÚBLICA

La habilidad romana en el arte de la guerra estaba mejorando gracias a la experiencia que proporcionaban las duras batallas con los tenaces samnitas.


En los días anteriores a la invasión gala, los romanos luchaban en forma similar a otros ejércitos. Reunían a los hombres capaces de combatir en una sola masa que no era tan grande como para ser difícil de manejar. Esta masa, que tenía de 3.000 a 6.000 hombres, era llamada una legión (de una palabra latina que significa «reunir»).


La legión estaba armada con largas espadas y arremetía contra el enemigo al unísono, con la esperanza de que el peso de la carga destruyese las líneas enemigas. Cuál de las partes ganase la batalla dependía de cuál de ellas lograse coger al enemigo por sorpresa o desequilibrarlo o superarlo en número. A igualdad de otros factores, podía depender de cuál de las partes cargase con mayor fiereza o pudiese resistir lo suficiente para permitir la llegada de refuerzos.


Durante toda la antigüedad se usó este ataque en masa. Fue llevado a su más alto grado de perfección con la falange macedónica, que fue imbatible mientras funcionó a la perfección.


Pero en el siglo IV a. C., los romanos convirtieron la legión en una máquina para la conquista del mundo. Según la tradición, el cambio empezó con Camilo. Durante el largo sitio de Veyes mantuvo el ejército en armas durante largos períodos, y no sólo para breves campañas en aquellos intervalos en que los soldados podían dejar sus faenas agrícolas. Mantener a los hombres en armas durante largos períodos implicaba que era menester pagar a los soldados, y Camilo fue el primero que instituyó tal paga. 


También implicaba que se disponía de tiempo suficiente para entrenar a los soldados en maniobras más complicadas que la mera carga a una señal dada. La legión llegó a constituir un cuerpo complejo, con 3.000 hombres pesadamente armados, 1.000 ligeramente armados para maniobras más rápidas y 300 jinetes (o caballería) para maniobras aún más veloces. La legión era ordenada en tres líneas, todas las cuales llevaban pesadas y cortas espadas. Las dos primeras líneas llevaban también cortas jabalinas arrojadizas, mientras la tercera llevaba las espadas largas más comunes.


Las dos primeras líneas eran divididas en pequeños grupos llamados manípulos (de una palabra latina que significa «puñado»), formados por 120 hombres cada uno. Los manípulos eran colocados dejando espacios entre ellos y las dos líneas eran dispuestas de tal modo que los manípulos formaban como un tablero de ajedrez.


La primera línea avanzaba sobre el enemigo, arrojaba sus jabalinas y cargaba con sus espadas. Después de hacer considerables estragos, retrocedía, y la segunda línea, fresca y descansada, hacía lo mismo, mientras la tercera línea permanecía como reserva a la espera de lo que pudiera suceder, por ejemplo, la llegada de refuerzos enemigos.


Si un ataque repentino del enemigo o algún otro infortunio hacía retroceder a la primera línea, los manípulos de ésta podían ocupar los espacios que dejaban los manípulos de la segunda línea. Así, la retirada convertía a la legión en una sólida falange que podía resistir firme e inamoviblemente (como sucedió muchas veces).


La legión era perfecta para un terreno montañoso y desigual. Una sólida falange siempre podía ser desquiciada si no marchaba como una unidad perfecta. La legión, en cambio, podía expandirse. Los manípulos podían abrirse camino por las obstrucciones y luego reunirse nuevamente, si era necesario. 


La falange era como un puño, mortal, pero nunca podía abrirse. La legión era como una mano que puede extender ágil y sensiblemente los dedos, pero que puede cerrarse en un puño en cualquier momento.


domingo, 1 de septiembre de 2019

CAMPO DE MARTE



En la Antigua Roma llamaban Campo de Marte (latín, Campus Martius; italiano, Campo Marzio) a un terreno que se extendía al norte de las Murallas Servianas​ edificadas por el sexto rey de Roma Servio Tulio. El terreno estaba limitado al sur por el Capitolio y al este por la colina Pinciana o monte Pincio. El resto estaba rodeado por el río Tíber que en ese espacio describía un gran meandro.

 

Se llamaba Campo de Marte porque desde época muy antigua existía allí un ara dedicada al dios Marte, mencionada en las leyes atribuidas a Numa Pompilio, segundo rey de Roma después de Rómulo. En el año 388 a. C., el tribuno Tito Quincio Cincinato, colaborador del cónsul Marco Furio Camilo, erigió un nuevo templo a este dios para cumplir con un voto hecho en el periodo de la terrible invasión de los galos.

 

En la época de la República, el Campo de Marte servía como lugar de esparcimiento y de usos militares. Allí acampaban los ejércitos en espera de que los generales pudieran celebrar el triunfo. Hasta ese momento, tenían que aguardar sin poder traspasar las Murallas Servianas. A veces pasaban algunos días hasta la celebración, pero se dieron casos en que el tiempo se alargó bastante.

 

Según Plutarco, los bienes de Tarquinio el Soberbio fueron nacionalizados y "arrasados" por considerarse indignos para el pueblo romano. Una de sus propiedades se consagró con el nombre de campo de Marte, dedicado precisamente al dios Marte. La nacionalización de estos bienes se atribuye al tercer cónsul de la república romana, Publio Valerio Publicola.

 

El Campo era aprovechado para efectuar ejercicios militares y de instrucción y para hacer ejercicio físico de cualquier índole. Los muchachos jóvenes acudían allí casi a diario para realizar su gimnasia. Se celebraban también carreras de carros, de manera informal, como entrenamiento. Allí estaban ubicadas las cuadras de los caballos que corrían en las competiciones. Había mercados de plantas y parques públicos para solaz de las gentes. 


Además se celebraban en aquel lugar las asambleas de comitia Centuriata, que convocaban a la gente por clases, determinadas por la certificación de sus medios económicos. El lugar de reunión era conocido como la saepta.

 

En el centro del meandro del Tíber se encontraba la poza Trigarium, un lugar público donde se podía ir a nadar. Hacia el sur de esta poza estaban los manantiales de agua mineral termal con propiedades curativas llamados Tarentum. 


Una gran arteria cruzaba el Campo de Marte en dirección al puente Mulviano (o Mulvio), llamada en un primer tramo Via Lata, actual Carrera de Humberto (Corso Umberto) y después Via Flaminia; perpendicular a ella estaba la Via Recta.

 

Plinio el Viejo (ca. 100-59 a. C.) en su Historia Natural (Libro XXXVI, Capítulo XIV) relata la historia del reloj solar en forma de obelisco que el emperador Augusto hizo construir en el Campo de Marte, el denominado Reloj Solar de Augusto.

 

En el siglo V a. C. y a raíz de una epidemia de peste se edificó en el Campo de Marte un templo al dios Apolo, a quien se consideraba dios protector de la salud, cuando todavía no habían adoptado los romanos al dios griego Asclepio como Esculapio. Apolo era también un dios extranjero por lo que el templo debía construirse fuera de las murallas de la ciudad, según dictaban las leyes. 


Se llamó Templo de Apolo Médico Purificador. En este templo se custodiaban numerosas obras de arte traídas de Grecia. En la actualidad sólo queda el basamento de 4 metros de altura, debajo de la iglesia moderna de Santa María en Campitelli. Augusto mandó edificar otro templo mayor en mármol, en el Palatino, en el año 28 a. C.

 

Con el tiempo, este espacio abierto que servía de esparcimiento fue llenándose de edificios cuando Roma empezó a ensanchar por allí. En la época imperial se construyeron tiendas elegantes en el primer trayecto que iba desde el Foro al Campo, frente a los saepta. Eran tiendas muy atractivas para la gente rica donde podían comprar desde simples chucherías hasta esclavos de lujo. En excavaciones hechas recientemente se descubrió el gran reloj solar de Augusto.

 

Otros edificios importantes fueron surgiendo en el espacio abierto, los cuales describió con gran entusiasmo el geógrafo Estrabón (siglo I a. C.), así como las modificaciones hechas por Pompeyo, Julio César y Augusto:

 

-Teatro de Marcelo.
-Ara Pacis. Sobre sus restos se construyó el palacio Ottobuoni Fiano.
-Reloj Solar de Augusto.
-Mausoleo de Augusto (o de los Julios) que sólo presenta unas ruinas poco atractivas. Estrabón lo describió como una colina cubierta de árboles hasta la cima, con la estatua en bronce de César Augusto.
-Termas de Nerón, grandiosas.
-Panteón de Agripa. En la actualidad está rodeado de calles y casas, conservado como una inigualable reliquia que los romanos llamaron “la Rotonda”.
-El Estadio Domiciano es hoy la plaza Navona.
-Crematorio imperial.
-Saepta Julia.
-Templos de Isis y de Serapis.
-Teatro de Pompeyo.

 

Emblema del IV distrito de Roma llamado Campo de Marte.
El Campo de Marte es uno de los 22 rioni de la ciudad de Roma. La nomenclatura administrativa lo designa como R.IV. Todos los monumentos están sepultados o confundidos entre las construcciones modernas.


domingo, 7 de julio de 2019

EL CÓNSUL LUCIO EMILIO MAMERCINO


Lucio Emilio Mamercino (en latín Lucius Aemilius L. f. Mam. n. Mamercinus) hijo del siete veces consular del mismo nombre Lucio Emilio Mamercino, fue magister equitum del dictador Marco Furio Camilo en el año 368 a. C.
 
Fue cónsul en año 366 a. C. con Lucio Sextio Laterano, que era el primer plebeyo elegido en esta dignidad, de conformidad con las leyes Licinias, que habían sido aprobadas recientemente. Fue nuevamente elegido para el consulado en 363 a. C., con Cneo Genucio Aventinense.


sábado, 15 de diciembre de 2018

EL CÓNSUL LUCIO FURIO MEDULINO


Lucio Furio Medulino a fue un político y militar romano de los siglos V y IV a. C. Ocupó repetidamente el cargo de tribuno consular, siendo con Servio Cornelio Maluginense quien en más ocasiones lo hizo.
 
Medulino fue miembro de los Furios Medulinos, una de las más antiguas familias patricias de la gens Furia. Fue hijo de Lucio Furio Medulino, hermano de Marco Furio Camilo y Espurio Furio Medulino, y padre de Espurio Furio, todos ellos tribunos consulares.
 
Obtuvo su primer consulado en el año 413 a. C. en el que junto con su colega, Aulo Cornelio Coso, se ocupó de investigar la muerte el año anterior del tribuno consular Publio Postumio Albino Regilense. 
Cuando se tuvieron noticias de que los volscos estaban saqueando el territorio de los hérnicos, se le encargó la conducción de la guerra. Medulino se dirigió a Ferentino, donde se habían refugiado los volscos, ciudad que tomó sin resistencia porque los volscos la habían abandonado con sus bagajes la noche anterior. Así, el botín conseguido fue escaso y el cónsul entregó la ciudad a los hérnicos.
 
Durante su segundo consulado, en el año 409 a. C., fueron elegidos por primera vez plebeyos para la cuestura. Los tribunos de la plebe, tratando de arrancar al Senado elecciones a tribuno consular y encabezados por varios miembros de la gens Icilia, bloquearon el reclutamiento del ejército hasta que se consiguió un acuerdo sancionado por el Senado mediante un senadoconsulto. 
Volscos y ecuos habían invadido las tierras de latinos y hérnicos. Medulino y su colega, Cneo Cornelio Coso, comenzaron la campaña sitiando sin éxito Carvento, ciudad tomada previamente por los ecuos, por lo que se dedicaron a saquear las posesiones volscas y ecuas, consiguiendo un enorme botín y tomar la fortaleza volsca de Verrugo. Tito Livio también dice que uno de los dos cónsules se quedó en Roma para celebrar las elecciones.
 
Medulino alcanzó la dignidad de tribuno consular en siete ocasiones. La primera, dos años después de su segundo consulado, coincidió con la pérdida de la guarnición de Verrugo y el fin de la tregua con Veyes, aunque no se emprendieron acciones contra esta ciudad. En el año 405 a. C. fue tribuno consular por segunda vez, cuando dio comienzo el sitio de Veyes.
 
Durante su tercer tribunado consular, en el año 398 a. C., diversos prodigios llevaron al Senado a enviar una embajada al oráculo de Delfos y un arúspice veyente pronosticó que, mientras no se vaciara el lago Albano, los romanos no tomarían Veyes. Al año siguiente, antes de que regresaran los embajadores, fue reelegido tribuno consular, año en el que los tarquinienses atacaron por primera vez el territorio de los romanos. Tras conocerse la respuesta del oráculo de Delfos, tuvo que dimitir junto con sus colegas porque había descuidado las tareas religiosas del cargo.
 
En el año 395 a. C. fue elegido por quinta vez ​ y reelegido al año siguiente. Su último tribunado consular, en el año 391 a. C., coincidió con el destierro de su hermano Marco Furio Camilo.


miércoles, 5 de septiembre de 2018

EL CÓNSUL LUCIO ARRUNCIO CAMILO ESCRIBONIANO


Lucio Arruncio Camilo Escribonianoa (m. 41) fue un político romano, miembro del ordo senatorius, que desarrolló su carrera política durante los imperios de Tiberio, Calígula y Claudio.
 
Escriboniano era hijo de Marco Furio Camilo y hermano de Marco Furio Camilo, miembro del colegio de los Hermanos Arvales, y de Livia Medulina, segunda prometida y casi primera esposa del futuro emperador Claudio. Fue adoptado por Lucio Arruncio, cónsul en el año 6 y, por tanto, nieto por adopción de Lucio Arruncio, cónsul en el año 22 a. C.
 
Escriboniano nació entre el 5 y 3 a. C. Se ignora qué cargos ocupó a lo largo de su cursus honorum, pues su primer puesto conocido es el de cónsul en el añó 32, junto con Cneo Domicio Enobarbo, padre del futuro emperador Nerón. Terminado el desempeño del consulado, Tiberio lo designó gobernador de la provincia de Dalmacia, que todavía tenía rango consular en aquellas fechas, ya que estaba guarnecida por dos legiones.
 
Cuando el emperador Calígula fue asesinado en el año 41, dada su posición, fue uno de los nombres barajados para sustituirlo, pero los pretorianos se decidieron por el aparentemente inofensivo y apocado Claudio, que tenía la ventaja de pertenecer a la familia Julio-Claudia.
 
Escriboniano, bajo la influencia del eminente senador Lucio Annio Viniciano, no aceptó esta situación y, apoyado por la Legio VII Macedonica y por la Legio XI se sublevó y fue proclamado emperador por sus legionarios. Sin embargo, Escriboniano cometió el error de informar a sus hombres de que deseaba restaurar la República, con lo que los legionarios se volvieron contra él y le obligaron a huir para refugiarse en la isla de Issa, donde, ante tamaño fracaso, se suicidó. Por su parte, Suetonio trasmite que la sublevación fracasó porque cuando los aquiliferes de las legiones intentaron retirar las Aquilae de la capilla del principia de su campamento, no pudieron, interpretando que Júpiter mismo maldecía sus pretensiones, por lo que se opusieron a Escriboniano y lo mataron. De todas formas, las legiones VII y XI recibieron de Claudio el título de «Claudia Pia Fidelis».
 
Su hijo, Lucio Arruncio Furio Escriboniano, no sufrió represalias por parte de Claudio y fue cuestor en el año 49.