Apelicón (en griego antiguo Ἀπελλικῶν) fue un hombre adinerado y
bibliófilo de Teos y más tarde ciudadano ateniense que vivió en el siglo I a.
C.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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domingo, 12 de abril de 2020
APELICÓN
lunes, 30 de marzo de 2020
HERMIAS DE ATARNEO
Hermias
de Atarneo (en griego antiguo Ἐρμίας ὀ Αταρνεύς)1 fue un dinasta de Atarneo
(ciudad de Asia Menor), y amigo de Aristóteles.
Hombre
de origen modesto, Hermias había tenido la condición de eunuco. Según Teopompo,
estuvo empleado como cambista en un banco. Estrabón, hace de él uno de
los alumnos de la Academia de Platón, y un filósofo, pero esta
información es errónea.
Tomó
posesión de algunos pueblos del vecindario del Monte Ida (Tróade). Su autoridad
fue reconocida por la administración persa y, sin duda después del desembolso
de una suma de dinero, estuvo autorizado a tomar el título de tirano con
residencia en Atarneo, ciudad de Tróade, cerca de Aso en la costa de Asia
Menor, ciudad que hizo fortificar poderosamente. Su influencia política se
incrementó considerablemente gracias a expediciones militares, hasta obtener la
sumisión de las ciudades rebeldes. Pudo incluso mantener un importante
contingente de mercenarios y sostener el asedio de un sátrapa persa. No
obstante, el Estado así creado se encontraba en una posición geopolítica
delicada, entre el reino de Macedonia y el imperio aqueménida, receloso de su
soberanía desde la época del predecesor de Hermias, Eubulo, que había ya
soportado el asesdio de Atarneo frente al general persa Autofradates,
(sin duda en 359 a. C.)
Corisco
y Erasto, miembros
de la Academia de Platón, se pusieron bajo la protección de Hermias, con la
recomendación de Platón: en su Carta Sexta,, el filósofo exhorta a los tres
hombres a releer juntos su misiva cada vez que se encontrara. La ciudad vecina
de Escepsis intentaba introducir las reformas políticas propuestas en la
Academia; en caso de desacuerdo, esta se reservaba el papel de árbitro. Con una
mezcla de inteligencia, de energía y de voluntad, Hermias se consagró con
Erasto y de Corisco al estudio de la geometría y de la dialéctica.
El
gramático Dídimo de Alejandría, dice que Hermias, satisfecho de los
consejos políticos de sus amigos filósofos, les regaló la ciudad de Aso, y
transformó su tiranía «en una forma de constitución más dulce», animando a
todos los territorios del monte a la ciudad de Aso a a ponerse voluntariamente
bajo su autoridad.
Platón murió en 348/347 a. C.; después de
su exilio de Atenas, Aristóteles fue a reunirse con Hermias y sus amigos
a Aso en el 347 a. C.. donde se creó, durante tres años, un tipo de sucursal de
la Academia, con posiblemente la presencia de Calístenes, Teofrasto y Neleo
de Escepsis. Durante esta estancia, Hermias dio a su sobrina e hija
adoptiva Pitias de Aso en matrimonio a Aristóteles. Hermias concluyó así
un acuerdo con Filipo II de Macedonia con vistas a garantizar su
posición política en Asia Menor; este tratado, del que Demóstenes
conocía la existencia gracias a sus agentes secretos, estuvo revelado a los
aqueménidas. En el 341 a. C., Hermias fue hecho prisionero por Mentor de
Rodas; llevado a la ciudad de Susa fue sometido a tortura para que revelara los
tratados secretos contraídos con el rey Filipo II de Macedonia; guardó
estoicamente silencio, no expresando ante el rey de Persia más que una sola
promesa: «Dije a mis amigos y a mis compañeros que no haría nada que fuera
indigno o contrario a la filosofía». Fue condenado a morir crucificado.
Aristóteles, profundamente trastornado por la noticia de la suerte terrible
reservada a su amigo, redactó un epigrama votivo grabado en un cenotafio en
Delfos, donde hizo el elogio de la Virtud griega, «la más bella recompensa de
la vida». Calístenes, compuso también un elogio a la memoria de
Hermias.
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domingo, 29 de marzo de 2020
NELEO DE ESCEPSIS
Neleo de Escepsis fue un filósofo griego que vivió en el siglo III
a. C..
Fue discípulo de Teofrasto, quien le cedió su biblioteca en
la que se contenían las obras de Aristóteles, las cuales ocultó con
tanto cuidado para que no desapareciesen que costó trabajo el encontrarlas
después, lo que logró Andrónico de Rodas en tiempos de Sila.
La biblioteca adquirida por
Neleo fue vendida por éste, según unos a Ptolomeo II Filadelfo, y según
otros a Apelicón, quien la adquirió de los herederos de Neleo.
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sábado, 20 de abril de 2019
APELICÓN
Apelicón (en griego antiguo Ἀπελλικῶν) fue un hombre adinerado y
bibliófilo de Teos y más tarde ciudadano ateniense que vivió en el siglo I a.
C.
Además de gastar grandes sumas
en la formación de su biblioteca robó documentos originales de los archivos de
Atenas y otras ciudades griegas. Tras ser descubierto huyó para escapar al
castigo, pero retornó cuando Aristión, un acérrimo enemigo de los romanos, se
proclamó tirano de la ciudad con la ayuda de Mitrídates VI. Atenión le envió
con algunas tropas a Delos para expoliar los tesoros del templo de Apolo, pero
mostró poca habilidad militar. Fue sorprendido por las huestes romanas
comandadas por Orobio, y tuvo que escapar para salir con vida. Murió poco más
tarde, probablemente en 84 a. C.
La empresa principal de
Apelicón fue la recolección de libros raros e importantes. Adquirió de la
familia de Neleo de Escepsis en la Tróade manuscritos de la obra de Aristóteles
y Teofrasto y sus bibliotecas, que el propio Teofrasto había otorgado a Neleo,
que fue pupilo suyo. Los habían escondido bajo tierra para impedir que cayeran
en las manos de los príncipes bibliófilos de Pérgamo, y se encontraban en malas
condiciones. Apelicón rellenó las lagunas y realizó una edición nueva, aunque
contenía defectos. En 84 a. C. Lucio Cornelio Sila se apoderó de los libros y
los llevó a Roma. Allí se entregaron los manuscritos al gramático Tiranión,
que los copió.
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