La
batalla de Silva Arsia fue una batalla en el año 509 a. C. entre las fuerzas
republicanas de la antigua Roma, por un lado, y las fuerzas etruscas de
Tarquinia y Veyes liderados por el depuesto rey romano Tarquinio el Soberbio en
el otro. La batalla tuvo lugar cerca de la Silva Arsia (el bosque Arsio) en
territorio romano, y resultó en una victoria de Roma, pero con la muerte de uno
de sus cónsules, Lucio Junio Bruto.
La
batalla fue una de una serie de intentos por parte de Tarquinio para recuperar
el trono, y también puede ser visto como parte de un conflicto permanente entre
las ciudades etruscas y el Estado romano en expansión. La batalla forma parte
de la historia temprana de Roma, que es, probablemente, en parte legendaria.
En
509 a. C. la monarquía romana fue derrocada, y la República romana comenzó con
la elección de los primeros cónsules. El depuesto rey, Tarquinio el Soberbio,
cuya familia se originó a partir de Tarquinia, en Etruria, obtuvo el apoyo de
las ciudades etruscas de Tarquinia y Veyes, recordando las primeras pérdidas
regulares de la guerra y de la tierra en el Estado romano, y para este último
los lazos familiares.
Los
ejércitos de las dos ciudades siguieron a Tarquinio a la batalla, y los
cónsules romanos llevaron el ejército romano a su encuentro, Publio Valerio
Publícola al mando de la infantería romana y Lucio Junio Bruto de los équites.
Del mismo modo que el rey mandó a la infantería de los etruscos, y su hijo
Arrunte Tarquinio tenía el mando de la caballería.
La
caballería se unió primero a batalla junto a Arrunte Tarquinio, al haber
divisado desde lejos a los lictores, y, por consiguiente, reconocer la
presencia de un cónsul, pronto se dieron cuenta de que Bruto estaba al mando de
la caballería. Los dos hombres, que eran primos, cargaron uno contra el otro y
se lancearon hasta la muerte de ambos. La infantería también se unió pronto a
la batalla, siendo el resultado en duda durante algún tiempo. El ala derecha de
ambos ejércitos fue superior, el ejército de Tarquinia hizo retroceder a los
romanos, superados por los veyentinos. Sin embargo las fuerzas etruscas
finalmente huyeron del campo de batalla, por lo que los romanos reclamaron la
victoria.
En la
noche después de la batalla, Tito Livio informa de que una voz del que cree es
el espíritu de Silvano se oyó venir del bosque cercano, diciendo que "más
de los etruscos por uno había caído en la batalla, que el romano obtuvo la
victoria en la guerra".
El
cónsul Valerio recogió el botín de los etruscos derrotados, y regresó a Roma
para celebrar el triunfo el 1 de marzo de 509 a. C., y el funeral de Bruto se
llevó a cabo por Valerius con gran magnificencia.
Tito
Livio escribe que más tarde en 509 a. C. Valerio volvió a luchar contra los
veyentinos. No está claro si esto fue continuo en la batalla de Silva Arsia, o
era alguna disputa. Tampoco está claro lo que pasó en esta disputa.
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