En
homenaje a mi regreso y bajo el consulado de Quinto Lucrecio y Marco Vinicio
[19 a.C.], el Senado consagró, cerca de la Puerta Capena, ante el templo del
Honor y la Virtud, un altar a la Fortuna del [feliz] Retorno. Mandó que todos
los años Pontífices y Vestales hicieran allí una ofrenda, en el aniversario de
mi regreso de Siria, y llamó a ese día "de las Augustales", de
acuerdo con mi nombre.
El
mismo año, en virtud de un senadoconsulto, parte de los Pretores y de los
Tribunos de la plebe, acompañados por el Cónsul Quinto Lucrecio y por los
ciudadanos más principales, salió a mi encuentro en Campania: honra que a nadie
se había conferido con anterioridad Cuando regresé de Hispania y de Galia,
durante el consulado de Tiberio Nerón y Publio Quintilio [13 a.C.], tras haber
llevado a cabo con todo éxito lo necesario en esas provincias, el Senado, para
honrar mi vuelta, hizo consagrar, en el Campo de Marte, un altar dedicado a la
Paz Augusta y encargó a los magistrados, Pretores y Vírgenes Vestales que
llevasen a cabo en él un sacrificio en cada aniversario.
(
Octavio Augusto )
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