(...) La
campaña electoral demanda dos tipos de actividades: hay que ganarse primero el
apoyo de los amigos y luego la buena voluntad del resto de la gente.
(...) Todo el esfuerzo durante la campaña debe de
dirigirse a mostrar que eres la esperanza del Estado, pero evitando al máximo
hablar de política.
(...) Aunque tengas una fuerte personalidad, te será
posible aparentar durante unos meses otra forma de ser y comportarte.
(...) Por prestigio, hazte amigo de quien tiene
nombre y fama, porque dan buen lustre a un candidato. Para tener influencia,
frecuenta el trato de los magistrados.
(...) La palabra amigo tiene un significado especial
en política y cualquiera que te muestre simpatía, que te escuche, que frecuente
tu casa, debe ser considerado un amigo.
(...) Los rumores que salen de la propia casa son la
base de cualquier reputación.
(...) De los que se sientan obligados hacia ti por
algún favor previo, de los que esperan ganar algo contigo y de los que brindan
espontáneamente su ayuda, es de donde procederán tus colaboradores.
(...) Sea cual sea el
origen de tus seguidores, determina su valía y utilidad a fin de saber cuanto
antes el grado de atenciones que merecen y la ayuda que puedes obtener de ellos.
(...) La experiencia de
pasadas elecciones enseña que hay contar con la colaboración de esos hábiles
muñidores que consiguieron que las tribus votasen como ellos querían.
(...) Son las apariencias
y las buenas palabras, y no el verdadero provecho, las que encandilan a la
gente.
(...) La gente de pueblo
y los provincianos creerán que eres íntimo suyo si les llamas por su nombre de
pila; si, además, ven que relacionarse contigo va a beneficiarles, no dudaran
en sumarse a tu causa. Te votaran a ti porque tú los conoces y los tratas.
(...) Querrán tu amistad
si ven que eres tú quien da el primer paso y por ello importa que esa actitud
sea patente en tus gestos y palabras.
(...) No habrá nadie que
no puedas ganar haciéndole ver tu sinceridad y la alta estima que le tienes;
demostrándole que apoyarte será una buena inversión y convenciéndole de que tu
interés por él ni nace de la conveniencia ni va a ser efímero como la propia
campaña electoral.
(...) Una campaña
electoral tiene al menos la ventaja de que permite decir y hacer cosas
inconcebibles en una situación normal y de que, incluso, está bien visto
relacionarse con individuos cuyo trato sería impropio o vergonzoso en otra
situación.
(...) Asegúrate de que
todos los que estén en deuda contigo se enteren que ahora es el momento de
devolver tus favores y que los que quieran hacerte un servicio comprendan que
no encontrarán mejor ocasión para ganar tu agradecimiento.
(...) Debes procurar que
se hable de todo lo infamante, ilegal, deshonesto o corrupto que pueda haber en
la personalidad y en las costumbres de tus oponentes.
(...) Necesitas
urgentemente aprender a halagar, algo que si bien puede ser despreciable en
otros momentos, resulta esencial para una campaña electoral.
(...) Si accedes a lo que
te piden, debes dar la impresión de que te empeñarás en ello encantado y con
todas tus fuerzas. Cuando debas negar algo, tienes que hacerlo amablemente o,
mejor aún, no negarte en absoluto. Lo primero es lo que hace la gente honesta,
lo segundo es propio de políticos avezados.
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