domingo, 23 de octubre de 2016

CICERÓN ESCRIBE A SU AMIGO TITO POMPONIO ÁTICO SOBRE SU PASO POR LA MADUREZ



¿Es que estoy adormecido o resignado?. ¿Me estoy volviendo viejo?. ¿Es que habré llegado a esta última etapa del conocimiento que cree que no hay nada por lo que merezca la pena luchar?. Considérame, querido amigo, como a uno que ya no pone atención en nada ni en nadie. He entrado en el período de lo que algunos consideran los años dorados, los años que vuelan sin dejar traza y declinan en la abnegación, que es la antesala de la muerte. 






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