Cuando uno está con una mujer en la cama, sólo desea carnes
suaves, pechos palpitantes y brazos redondeados.
Claro que es recomendable una mujer que sea virtuosa y con
buen carácter. Pero un hombre necesita algo más que eso. Necesita risas y
dulzura, sin que falte la sensualidad. Necesita una mujer que sea a la vez
madre, compañera, hermana, tímida ninfa, concubina, un misterio, una mujer
amable y que se rinda con delicadeza.
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