Manio Aquilio Nepote (en latín:
MANIVS•AQUILIVS•NEPOS), fue miembro de la antigua gens Aquillia romana, fue
cónsul en 101 a. C.
Probablemente fue hijo de Manio Aquilio cónsul en 129
a. C., un leal seguidor de Cayo Mario. Durante la campaña electoral para el
cuarto consulado de Mario, Aquilio quedó como comandante del ejército por si
los Cimbrios atacaban antes de que Mario pudiese volver para dirigir el
ejército en persona.
Como premio por su lealtad, Cayo Mario compartió el
consulado con él en 101 a. C. Después del consulado, con Roma azotada por las
hambrunas causadas por la revuelta de esclavos de Sicilia, Aquilio fue enviado
a aplastarla y restablecer la paz y el suministro de grano a la capital.
Aquilio sometió por completo a Atenion y sus rebeldes, y obtuvo una Ovación en
Roma en el año 100 a. C.1 En 98 a. C., Aquilio fue acusado de malversación en
Sicilia por L. Fufio. En el juicio consiguiente fue defendido por Marco Antonio
el Orador, y aunque había pruebas concluyentes de su culpabilidad, fue absuelto
por su valor en la pasada guerra.
En 88 a. C. fue destinado a Asia como uno de los
legados consulares enviados a combatir en la guerra contra Mitrídates VI y sus
aliados. Fue derrotado en la batalla del monte Escorobas, cerca de
Protostaquium y fue entregado, prisionero, a Mitrídates por los habitantes de
Mitilene. El rey del Ponto volcó sobre él todo su salvajismo y le ejecutó
obligándole a beber un caldero lleno de oro fundido
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