Uno no se casa porque
sí. Una vez casado toda su vida cambia y queda coartada y ordenada. Se acabó la
libertad e irse de juerga. Nada de aventuras. Se diría que uno ha caído en una
trampa. ¡ No hay ningún esposo, que aunque posea una esposa bella y virtuosa,
no lamente en ocasiones haber puesto los ojos una vez en ella !
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