Hizo
castrar a un joven llamado Esporo y hasta intentó cambiarlo en mujer; lo adornó
un día con velo nupcial, le señaló una dote y, haciéndoselo llevar con toda la
pompa del matrimonio y numeroso cortejo, le tomó como esposa; con esta ocasión
se dijo él satíricamente «que hubiese sido gran fortuna para el género humano
que su padre Domicio se hubiese casado con una mujer como aquélla». Vistió a
Esporo con el traje de las emperatrices; se hizo llevar con él en litera a las
reuniones y mercados de Grecia y durante las fiestas Sigilarias de Roma, besándole
continuamente… Tras haber prostituido todas las partes de su cuerpo, ideó como supremo
placer cubrirse con una piel de fiera y lanzarse así desde un sitio alto sobre
los órganos sexuales de hombres y mujeres atados a postes; una vez satisfechos
sus deseos, se entregaba a su liberto Doríforo, a quien servía de mujer, del mismo
modo que Esporo le servía a su vez a él, imitando en estos casos la voz y los
gemidos de una doncella a la que están violando…
(
Suetonio )
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