Si yo tuviera que fundar una nueva nación, la establecería
sobre la base de un despotismo benévolo y no sobre una República, que
inevitablemente decaería y se volvería depravada.
Las repúblicas se fundan en la fantasía de que los hombres
son capaces de gobernarse por sí mismos y aceptarán vivir bajo una disciplina y
un marco de heroica virtud. Eso es un sueño y ha demostrado ser falso, muriendo
cuando amanece la realidad, la realidad de lo que los hombres son y no de lo
que deberían ser.
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