Vitelio, que fue emperador durante ocho meses en 69 d. C.,
tomaba a diario tres comidas y de vez en cuando cuatro, hazaña que sólo era
posible gracias al empleo de eméticos. Mandó fabricar una fuente muy grande que
se llamaba "el escudo de Minerva, protectora de la ciudad" y que
dedicó a esta diosa con un guiso a base de hígados de escaros, sesos de
faisanes y pavos reales, lenguas de flamencos e intestinos de morenas,
productos que había hecho traer en buques de guerra y en trirremes desde
regiones tan apartadas como Partia o el estrecho de Gibraltar.
( Suetonio en "Vida de Vitelio")
La confección de la fuente costó un millón de sestercios, y
hubo que fabricarla en un horno construido al aire libre en el campo.
( Plinio en "Historia natural" )
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