Bajo
Tiberio y Cayo, Claudio y Nerón hemos sido poco menos que el patrimonio de una
familia. Por libertad se tendrá el que empecemos a ser elegidos. Con el fin de
la casa de los Julio-Claudios la adopción se encargará de encontrar el mejor,
pues nacer hijo de príncipes es un azar y ningún tribunal se detiene a examinar
más. La adopción, en cambio, requiere juicio íntegro y, si estás dispuesto a
elegir, el consenso es una señal… Aquí no pasa como en los pueblos que tienen
rey, donde no hay duda de cuál es la casa de los amos y todos los demás son
esclavos: tu gobierno habrá de ser sobre hombres que no pueden tolerar ni
completa esclavitud ni completa libertad.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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