martes, 13 de enero de 2015

EL SALVAJISMO DE LOS PUEBLOS GERMANOS


Cuando los germanos estaban comenzando a padecer la secuela de cualquier pueblo bárbaro tras una larga guerra contra los romanos sobre todo después de la batalla de Arausio donde fueron frenados y no pudieron avanzar y saquear Roma, tenían que tomar decisiones de supervivencia.

 

Como todo lo que quedaba del pueblo germano que había invadido la provincia romana de la Galia Comata, menos los viejos y los tullidos, avanzan en bloque para la retirada en las superpobladas tierras germanas adentro, todo guerrero caído solía dejar viuda y huérfanos, y esas mujeres eran una carga, a menos que sus hijos varones tuvieran edad para convertirse en guerreros sin gran tardanza. Así que las viudas tenían que esforzarse por encontrar nuevos maridos entre los guerreros que aún son jóvenes o no han sabido procurarse esposa. Si una mujer conseguía unirse con su hijo a otro guerrero, se le permitía seguir igual que antes. Su carro era la dote; aunque no todas las viudas poseían carro ni todas encontraban  pareja. Claro que poseer un carro ayudaba mucho. Se les concedía un tiempo de tres meses para encontrar pareja, es decir el plazo de una estación. Si no lo conseguían, se les daba muerte junto con los hijos, y los miembros de la tribu que no tenían carro se los repartían a suertes. Mataban a los que consideraban demasiado viejos para contribuir productivamente al bienestar de la tribu, y si había exceso de niñas, las mataban también.

 


Por lo demás, los romanos conseguían muchísimos esclavos con los guerreros vencidos  capturados con los que surtir el mercado, y siempre salían muy baratos y abundantes con los que reemplazar los que se morían en las tareas más duras a las que estaban sometidos.


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