martes, 27 de enero de 2015

BREVE DISCURSO DE DESPEDIDA DEL CÓNSUL CAYO MARIO EN LA TRIBUNA DE LOS ESPOLONES



¡Pueblo de Roma, volved a vuestras casas!.  Todo ha terminado y Roma está a salvo. Y yo, Cayo Mario, me complazco en anunciaros que ayer llegó al puerto de Ostia una flota con trigo. Hoy, durante toda la jornada, no cesarán las gabarras de remontar la corriente y mañana habrá trigo a la venta en los silos estatales del Aventino a un sestercio el modius, precio estipulado en la ley frumentaria de Lucio Apuleyo Saturnino. Pero como Lucio Apuleyo ha muerto, la ley no es válida. ¡Soy yo, Cayo Mario, cónsul de Roma, quien os da el trigo! El precio especial estará vigente hasta que yo abandone el cargo dentro de diecinueve días. Después, los nuevos magistrados decidirán el precio que deberéis pagar. ¡Ese sestercio que os cobro es mi regalo de despedida, quirites! Porque os aprecio he luchado por vosotros y he vencido por vosotros. ¡No lo olvidéis nunca! ¡¡Viva Roma!!


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