He oído una curiosa historia, Marco Craso. Parece que
Espartaco se puso en contacto con los almirantes piratas Farnaces y Megadates y
les pidió transportar a veinte mil de sus mejores hombres de Scyllaeum a
Pelorus. Los piratas se comprometieron a hacerlo por cuatro mil talentos, dos
mil a pagar como señal y el resto una vez concluido el traslado.
Espartaco les entregó dos mil talentos y los piratas
zarparon. ¡Muriéndose de risa! Con una simple promesa se habían hecho con una
fortuna. Hay quienes dicen que han sido tontos por no llevar adelante el
acuerdo y ganarse otros dos mil talentos, pero, por lo visto, Farnaces y
Megadates prefirieron ganar la mitad sin mover un dedo. Se habían formado mala
opinión de Espartaco y vieron un riesgo en cobrar los otros dos mil.
Mi opinión personal es que Espartaco es un aficionado y un
patán. Farnaces y Megadates le engañaron igual que un estafador romano a un
campesino de Apulia. De haber habido un ejército como es debido en Italia el
año pasado, habría acabado con él; estoy seguro. No tiene más que superioridad
numérica, pero cuando se enfrente a ti, Marco Craso, está perdido. Espartaco no
tiene suerte, mientras que tú, querido Marco Craso, has demostrado que eres
favorito de la Fortuna.
( C. McC. )
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