Los magistrados suelen castigar a los delincuentes a ser
encerrados en la cárcel o a permanecer encadenados. Pero no deberían hacerlo,
pies las penas de este tipo están prohibidas: las cárceles están para mantener
encerrados a los hombres, no para castigarlos.
( JUSTINIANO en
"Digesto")
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