Libre
de temores, se dispuso a apresurar su matrimonio con Popea, diferido por
aquellos miedos, y a alejar a su esposa Octavia, la cual, a pesar de su vida
recatada, le resultaba insoportable por el nombre de su padre y por el favor de
que disfrutaba entre el pueblo. Sin embargo, envió una carta al Senado sin
confesar nada sobre las muertes de Sila y Plauto, pero afirmando que uno y otro
tenían espíritu subversivo, y que él ponía gran cuidado en la seguridad de la
república. Con tal pretexto se votaron acciones de gracias y que se excluyera a
Sila y Plauto del Senado, con lo que el escarnio vino a ser más grande que sus
calamidades. Así pues, al recibir el acuerdo de los senadores y ver que todos
sus crímenes se le toman por acciones egregias, repudia a Octavia acusándola de
esterilidad; al momento se casa con Popea.
(
Tácito )
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