La
sabiduría se basa en el conocimiento; pero el conocimiento no es siempre
sabiduría. Y eso no es ninguna paradoja. Hay el conocimiento intuitivo, fuente
de la sabiduría, y el conocimiento objetivo, que es una colección de hechos,
muchos de los cuales no sirven de gran cosa. El hombre sabio no da su opinión
fácilmente y debe investigar lo incomprensible. El que sólo tiene conocimiento
es rápido en sus juicios, porque no reconoce ni ve las grandes fuerzas
imponderables que operan en el mundo. Por ello es peligroso.
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