Desde hacía tiempo era costumbre entre los políticos romanos famosos ganarse el favor, de las clases más bajas subsidiándoles cereales (trigo).
En términos de votos, apenas ganaban nada con ello salvo una reputación de filántropos que resultaba muy útil con los electores. La filantropía se consideraba digna de admiración.
Posteriormente, en el 58 a.C., el tribuno de la Asamblea de la Plebe, Clodio, legisló un subsidio gratuito de grano que garantizaba cinco modii de trigo gratuito por mes para todos los ciudadanos romanos (una ración que permitía a una familia cocer un pan al día). Clodio financió su programa anexando la isla de Chipre, que era propiedad de Tolomeo de Egipto.
No se aplicaba ningún examen de medios. Sin embargo, cuando César asumió el cargo de dictador, redujo el subsidio
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