(...) El que teme lo que no puede evitarse, de ninguna manera puede vivir
con el ánimo tranquilo; pero el que no teme la muerte, no sólo porque es
necesario morir, sino porque nada horrendo tiene la muerte, gran defensa ha
encontrado para pasar una vida feliz.
(...) La muerte espanta a aquellos para quienes todo se extingue con la
vida; no a los hombres cuya gloria no puede morir.
(...) Lo que comunica más serenidad para afrontar la muerte es el recuerdo
de una noble vida.
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