Lo que deseo enfatizar esta mañana es que no culpo a Marco
Antonio por la presente situación. Culpo a Cleopatra. ¡ A ella y sólo a ella!
Es ella la que marcha continuamente hacia Occidente, no Antonio, que es su
juguete, su marioneta. La danza que baila es egipcia. ¿Qué he hecho yo o Roma
para merecer la amenaza de un ejército, una flota? Roma y yo nos hemos ocupado de nuestras
tareas sin siquiera amenazar a Antonio en Oriente. Entonces, ¿por qué amenaza a
Occidente? La respuesta es: ¡él no lo hace! ¡Lo hace Cleopatra!
( C. McC. )
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