-
"Me has hecho llamar.
-
Si, así es. Eres bueno hispano pero no tanto como crees. ¡ Podrías ser
magnífico !
-
Se me exige que mate y yo mato. Con eso basta.
-
Eso basta en las provincias pero no en Roma. El joven emperador ha organizado
una serie de espectáculos para conmemorar a su padre, Marco Aurelio. Y al fin
tras 5 años de arrastrar una miserable existencia en aldeas infames infestadas
de pulgas, volveremos a donde nos corresponde, al Coliseo. Tendrías que ver el
coliseo hispano, 50.000 romanos mirando cada movimiento de tu espada, ansiando
que des el golpe mortal, el silencio antes de asestarlo y el clamor posterior
que crece, que crece como una, una tormenta, como si fueras el dios del trueno.
-
¿Tú eras gladiador?
- Si, lo fui.
- ¿Ganaste tu libertad?
-
Hace mucho tiempo el emperador me obsequió con una "Rudis" es una
espada de madera, el símbolo de tu libertad, el me tocó en el hombro y me hizo
libre.
- Jajaja ¿Conocías a Marco Aurelio?
- Me has preguntado que quería, yo también
quiero estar ante el emperador, igual que tu.
- Escucha, yo no era el mejor porque fuera
ágil matando, era el mejor porque la gente me amaba. ¡Gánatela y ganarás tu
libertad!
- Me ganaré a la gente, les ofreceré algo que
jamás han visto.
- ¡Bien hispano, iremos juntos a Roma,
viviremos aventuras sangrientas y la gran puta nos amamantará hasta que
quedemos saciados y no podamos mamar mas, y entonces mata a tus oponentes y
quizá obtengas tu libertad."
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