A media tarde ya no había
teutones. Animados por la tradición militar y la gloria de Roma y dirigidos por
un soberbio general, los treinta y siete mil soldados bien entrenados y bien
equipados escribieron una página de historia militar en Aquae Sextiae
derrotando a más de cien mil guerreros germanos en dos combates.
Ochenta mil cadáveres se unieron a los treinta
mil de ambrones en las orillas del río Ars, pues muy pocos teutones optaron por
conservar la vida, prefiriendo morir sin mella de su orgullo y de su honor.
Entre los caídos estaba Teutobodo.
Y los vencedores se hicieron con el botín de
muchos miles de mujeres y niños teutones y diecisiete mil guerreros cautivos.
Cuando los mercaderes de esclavos llegaron en
tropel de Massilia para comprarlos, Mario donó las ganancias a sus soldados y
oficiales, pese a que, por tradición, el producto de la venta de los
prisioneros y esclavos correspondía exclusivamente al general.
( C. McC. )
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