Si te
haces escultor, no serás más que un peón, agotarás tu cuerpo, no percibirás más
que un salario vil y módico, no serás más que un obrero, un hombre perdido
entre la multitud, arrodillado ante los grandes, humilde servidor de los que
poseen la elocuencia; vivirás como una liebre destinada a ser presa del más
fuerte. Y, aunque llegues a ser un Fidias o un Policleto, aunque realizases mil obras maestras, lo que se alabará
será tu arte, y entre aquellos que lo contemplen no habrá uno solo que desee
emularte, ya que, por muy hábil que seas, siempre serás considerado un
artesano, un vil obrero que vive del trabajo de sus manos.
(
Luciano de Samósata )
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