sábado, 28 de marzo de 2020

GLADIADORES MÁS FAMOSOS DE LA ANTIGUA ROMA


 
Marcus Atilius: Nacido ciudadano romano, las numerosas deudas que había contraído durante su vida lo llevaron a unirse a un ludus con la intención de ganar el dinero suficiente para liquidarlas. En su primer combate derrotó a Hilario, campeón del emperador Nerón y que había salido victorioso de trece combates consecutivos. En otro combate logró derrotar a Lucius Raecius Félix, gladiador que había vencido en 12 combates consecutivos. Las hazañas de Atilius fueron inmortalizadas en mosaicos y en las paredes de las calles de Roma.

 
Vero y Prisco: el combate entre estos dos gladiadores tuvo el honor de ser el primero celebrado en el más famoso de los anfiteatros, el Amphitheatrum Flavium, más comúnmente llamado Coliseo. La pelea se extendió durante horas, hasta que finalmente ambos gladiadores se rindieron el uno al otro. La multitud quedó tan encantada con el espectáculo que el emperador Tito les concedió a ambos el rudis, la espada de madera símbolo de la libertad del gladiador.

 
Marcus Nonius Macrinus: aunque este general romano no fue nunca un gladiador, lo incluimos en la lista por ser uno de los principales personajes históricos en los que se inspiró Marcus Decimus Meridius, el archiconocido protagonista de la película Gladiator.

 

Tetraites: gladiador de tipo murmillo originario de Pompeya cuya fama alcanzó lugares tan lejanos como la Galia y Britania, en donde se encontraron cerámicas con su efigie.

 

Achilia y Amazonas: las mujeres gladiadoras más famosas cuyo singular combate fue inmortalizado en un relieve proveniente de Halicarnaso.

 

Carpophorus: fue un bestarius, es decir, sus oponentes no eran otros gladiadores si no bestias salvajes. En un solo día de combate, Carpophorus fue capaz de abatir a 20 bestias, haciéndose famoso por derrotar a un oso, un león y un leopardo en un mismo combate. Por muchos fue comparado con el mismísimo Hércules.

 

Crixo: se hizo famoso por ser la mano derecha de nada más y nada menos que Espartacus, y tuvo un papel protagonista en la rebelión de esclavos que éste incitó.

 
Flamma: gladiador de origen sirio, murió con 30 años tras haber luchado 34 veces y ser derrotado sólo en 4 ocasiones. Flamma recibió el rudis en 4 ocasiones pero decidió continuar peleando en la arena hasta el final. Otras fuentes afirman que no murió, sino que finalmente se retiró y vivió en libertad y apaciblemente con su esposa y sus hijos hasta morir de edad avanzada.Tomemos la versión que tomemos, no cabe duda de que Flamma fue un luchador excepcional.

 
Commodus: este infame emperador, odiado por casi todos los romanos de la época, tenía por costumbre saltar a la arena para demostrar su destreza en el combate, de la que nunca salió derrotado, nada raro si tenemos en cuenta que se enfrentaba a gladiadores que usaban espadas de madera, bestias enfermas y tullidos. Sus penosos espectáculos eran considerados aburridos y una falta de respeto, y hay quien piensa que fue una de las razones por las que fue asesinado.
 

Spartacus: no hay gladiador más famoso que éste. De origen Tracio, convenció a 70 de sus compañeros (incluido Crixo) para que se levantaran contra su lanista. Tras la rebelión se dirigieron al Vesubio y por el camino se les unieron numerosos hombres libres y esclavos hasta sumar más de 70000 hombres. Muchas legiones romanas fueron enviadas para capturar a Espartaco pero todas fueron derrotadas hasta que Marco Licinio Craso mandó una tropa de 50000 hombres de élite que consiguió derrotar y matar a Espartacus. Estos hechos, conocidos como la Tercera Guerra Servil, fueron largamente recordados ya que 6000 de los seguidores de Espartaco fueron crucificados a lo largo de toda la vía Apia.

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