El
Reino Mauro Romano (en latín, Regnum Maurorum et Romanorum) fue un reino
independiente cristiano bereber, centrado en la ciudad de Altava (cerca de la
actual Ouled Mimoun), y que controlaba gran parte de la antigua provincia
romana de Mauritania Cesariense, ubicada en el actual norte de Argelia. Surgió
en el siglo V cuando se debilitó el control romano sobre la provincia y los
recursos imperiales tuvieron que concentrarse en otros lugares, especialmente
en la defensa de la península italiana ante las tribus germánicas invasoras.
Los
gobernantes del Reino Mauro–Romano entraron varias veces en conflicto con los
del vecino Reino vándalo establecido en la provincia romana de África después
de su conquista por esta tribu germánica. El rey Masuna se alió con los ejércitos del
Imperio romano de Oriente durante su reconquista del norte de África en la
Guerra Vándala. Tras la victoria de los romanos orientales sobre los vándalos,
el Reino Mauro–Romano mantendría su alianza con aquellos, ayudándolo en las
guerras contra invasores bereberes de otras tribus y reinos, como el de los
Aures.
Los
lazos diplomáticos entre el Imperio romano de Oriente y el Reino Mauro–Romano
se romperían con el tiempo. El rey Garmul invadió la prefectura pretoriana romana oriental de África en un intento
por capturar sus territorios. Su derrota en el 578 condujo casi inmediatamente
al colapso del Reino Mauro–Romano, que quedó fragmentado y parcialmente
reincorporado al Imperio Romano oriental. Tras este hecho, fue sucedido por
algunos estados sucesores bereberes romanizados más pequeños, como el Reino de
Altava. Estos pequeños reinos durarían en el Magreb hasta la conquista de la
región por el califato de los Omeyas en los siglos VII y VIII.
Los
reinos de Mauritania y Numidia, fueron anexados por el Imperio Romano en el año
40 y se dividieron en dos provincias bajo el emperador Claudio: Mauritania Tingitana y Mauritania
Cesariense, con la frontera de separación establecida en el río Muluya.
África
del Norte no estaba tan bien defendida como las áreas fronterizas que
soportaban ataques frecuentes tales como las que separaban al Imperio frente a
Germania y Persia. Con todo, por su importancia económica, las provincias
africanas fueron objeto de atención para garantizar su conservación. Para este
fin, se construyeron estructuras defensivas a lo largo de sus fronteras, como
el Fossatum Africae; una estructura defensiva lineal de 750 km de longitud
compuesta por zanjas, muros de piedra y otras fortificaciones. Esta estructura
mantendría su uso hasta la conquista vándala de la provincia de África. La
frontera mauritana, por su parte, no estaba tan bien defendida y era conocida
como el Limes Mauretaniae.
A
medida que la autoridad romana dirigió su atención a otros lugares durante las
desastrosas guerras civiles y desintegraciones de la crisis del siglo III, las
tribus nómadas bereberes locales hostigaron los asentamientos y ocuparon
algunas de las regiones fronterizas de Mauritania Tingitania y Mauritania
Cesariense. Las incursiones fueron vistas como una amenaza tan grande que el
emperador romano occidental, Maximiano, tuvo que involucrarse personalmente en el conflicto.
Tres tribus bereberes: los bávares, los quinquegentiani y los fraxinenses formaron una confederación que se enfrentó a los romanos y aunque sufrieron una derrota contra un pequeño ejército levantado por el gobernador de Mauritania Cesariense en el año 289, no cesaron en sus ataques. Ya en 296, Maximiano formó un ejército compuesto de cohortes pretorianas, legionarios aquileyos, egipcios y danubianos, auxiliares galos y alamanes así como reclutas tracios. Estos avanzaron a través de Hispania ese otoño y tras defender esta parte contra las incursiones bereberes, cruzaron el estrecho de Gibraltar hacia la Mauritania Tingitana para proteger el área de los piratas francos.
Tres tribus bereberes: los bávares, los quinquegentiani y los fraxinenses formaron una confederación que se enfrentó a los romanos y aunque sufrieron una derrota contra un pequeño ejército levantado por el gobernador de Mauritania Cesariense en el año 289, no cesaron en sus ataques. Ya en 296, Maximiano formó un ejército compuesto de cohortes pretorianas, legionarios aquileyos, egipcios y danubianos, auxiliares galos y alamanes así como reclutas tracios. Estos avanzaron a través de Hispania ese otoño y tras defender esta parte contra las incursiones bereberes, cruzaron el estrecho de Gibraltar hacia la Mauritania Tingitana para proteger el área de los piratas francos.
Maximiano comenzó su ofensiva contra las
tribus invasoras en marzo del 297 y las persiguió incluso más allá de las
fronteras del Imperio, no contento solo con dejar que regresaran a sus países
de origen en las montañas del Atlas, desde donde podrían continuar con la
guerra. Aunque los bereberes eran expertos en la guerra de guerrillas y el
terreno era desfavorable, Maximiano continuó su campaña en el territorio bereber.
Cuando esta concluyó en el 298, los romanos habían obligado a las tribus a
retirarse al Sahara, devastado tierras que los bereberes consideraban seguras y
matado a tantos combatientes como habían podido. El 10 de marzo, el emperador pudo hacer una entrada triunfal en Cartago
donde la población lo aclamó como redditor lucis aeternae (restaurador de la
luz eterna).
En la
segunda mitad del siglo V se produjo el colapso y la caída del Imperio Romano
Occidental.8 Los gobernantes bereberes de los territorios interiores mantenían
un cierto grado de cultura romana, incluidas las ciudades y asentamientos
locales y a menudo reconocían nominalmente la soberanía de los emperadores
romanos.
A
medida que las incursiones bárbaras se hicieron más comunes, incluso en
provincias previamente seguras como Italia, el ejército romano occidental se
fue ocupando cada vez más en la defensa de los territorios en la parte europea
del Imperio. Incluso la vital frontera del Rin tuvo que ser despojada de tropas
para organizar una defensa contra un ejército visigodo que invadía Italia bajo Alarico. El debilitamiento consiguiente en
las guarniciones fronterizas permitió que varias tribus, como los vándalos,
alanos y suevos, cruzaran el Rin en el 406 e invadieran el territorio romano.
Al
enfocarse su atención en otros lugares, la autoridad central comenzó a
desaparecer en muchas de las provincias más distantes. En Mauritania, los
líderes y tribus bereberes locales se habían integrado durante mucho tiempo en
el sistema imperial como aliados, foederati y comandantes de la frontera y al
debilitarse el control romano, establecieron sus propios reinos y comunidades
en la región. La presencia de comunidades romanizadas a lo largo de las
regiones fronterizas de las provincias significó que los jefes bereberes tenían
cierta experiencia en el gobierno de las poblaciones compuestas de bereberes y
romanos.
Tras el colapso del Imperio Romano de Occidente, el Reino Mauro–Romano se convertiría en un reino bárbaro de pleno derecho, no muy diferente a los que surgieron en otras partes del antiguo Imperio. Aunque la mayoría de los otros reinos bárbaros, como los visigodos y vándalos, estaban totalmente dentro de las fronteras del antiguo Imperio Romano, el Mauro–Romano se extendió más allá de la teórica frontera imperial abarcando, también, territorios bereberes nunca controlados por los romanos.
Tras el colapso del Imperio Romano de Occidente, el Reino Mauro–Romano se convertiría en un reino bárbaro de pleno derecho, no muy diferente a los que surgieron en otras partes del antiguo Imperio. Aunque la mayoría de los otros reinos bárbaros, como los visigodos y vándalos, estaban totalmente dentro de las fronteras del antiguo Imperio Romano, el Mauro–Romano se extendió más allá de la teórica frontera imperial abarcando, también, territorios bereberes nunca controlados por los romanos.
Según
el historiador romano oriental, Procopio, los bereberes solo comenzaron a expandir y consolidar verdaderamente su
poder tras la muerte —en el 477— del poderoso rey vándalo Genserico, después de lo cual obtuvieron
muchas victorias contra el Reino vándalo y establecieron un control más o menos
completo sobre la antigua provincia de Mauritania. Igualmente, los moros bajo
el control vándalo se sublevaron contra su sucesor, Hunerico, después de que este intentase
convertirlos al cristianismo arriano y castigase duramente a quienes no se
convirtieron.
En las montañas de Aurés, esto condujo a la fundación del «Reino de los Aures» que consolidó su independencia en
el momento de la muerte de Hunerico, en el año 484, y que nunca volvería a
estar bajo el control vándalo. Bajo el gobierno de los sucesores de Hunerico: Guntamundo y Trasamundo, también fueron habituales las
guerras entre los bereberes y los vándalos. De hecho, durante el reinado de
Trasamundo, los vándalos sufrieron una desastrosa derrota a manos de Cabaon, un rey bereber que gobernaba la
ciudad de Trípoli, quien destruyó casi por completo un ejército vándalo que
había sido enviado para subyugar la ciudad.
Uno
de los gobernantes bereberes de Mauritania, Masuna, adoptó el título de Rex gentium Maurorum et Romanorum, (rey
de los pueblos moro y romano). Masuna es conocido solo por una inscripción
fechada en el año 508 que se ha encontrado en una fortificación en Altava. Se
sabe de él que controlaba esta ciudad —considerada la capital debido a su
prominencia con los reyes posteriores— y al menos otras dos: Castra Severiana y
Safar, ya que se menciona a los funcionarios que nombró allí. Al ser la sede de
una diócesis eclesiástica (la diócesis de Castra Severiana, un antiguo obispado
que floreció durante la Baja Edad Media), el control de Castra Severiana tuvo
que haber tenido una gran importancia. Esta
inscripción dice:
Pro
sal (ute) et incol (umitate) reg (es) Masunae gent (ium) Maur (orum) et Romanor
(um) castrum edific (atum) a Masgivini pref (ecto) de Safar. Iidir proc
(uratore) castra Severian (a) quem Masuna Altava posuit, y Maxim (us) pr
(ocurrator) Alt (ava) prefec (it). P (ositum) p (rovinciae) CCCCLXVIIII.
(Los
tres funcionarios nombrados son Masgiven (prefecto de Safar), Lidir (procurador
de Castra Severiana) y Maximus (procurador de Altava). La fecha, 469, es la
fecha de fundación provincial y correspondería al año 508 de nuestra era.
Los
centros administrativos centrales del reino estaban ubicados donde se unían los
territorios de dos poblaciones distintas: la romana asentada cerca de la costa
y las tribus mauríes (moros o bereberes) situadas alrededor y más allá de la
antigua frontera romana. La población en las ciudades romanas estaba sujeta a
una administración formal y organizada encabezada por funcionarios designados,
como los nombrados por el rey Masuna. El personal militar, por su parte, se
nutrió de las tribus bereberes sobre las cuales se mantuvo el control mediante
individuos clave, como los líderes tribales, otorgándoles honores y
propiedades.
En la medida que el Reino Mauro–Romano adoptó la organización militar, religiosa y sociocultural del Imperio Romano, continuó estando plenamente dentro del mundo latino occidental. La estructura administrativa y los títulos utilizados por los gobernantes del reino sugieren una cierta identidad política romanizada en la región. Esta identidad política romana fue, también, mantenida por otros reinos bereberes más pequeños surgidos en la región, como en el «Reino de los Aures», donde su rey Masties reclamó el título de Imperator durante su gobierno alrededor del año 516, aduciendo que había mantenido la confianza de sus súbditos, tanto bereberes como romanos.
En la medida que el Reino Mauro–Romano adoptó la organización militar, religiosa y sociocultural del Imperio Romano, continuó estando plenamente dentro del mundo latino occidental. La estructura administrativa y los títulos utilizados por los gobernantes del reino sugieren una cierta identidad política romanizada en la región. Esta identidad política romana fue, también, mantenida por otros reinos bereberes más pequeños surgidos en la región, como en el «Reino de los Aures», donde su rey Masties reclamó el título de Imperator durante su gobierno alrededor del año 516, aduciendo que había mantenido la confianza de sus súbditos, tanto bereberes como romanos.
Los
registros romanos orientales que informan sobre el Reino vándalo, a menudo se
refieren a él indicando que estaba formado por tres pueblos distintos:
vándalos, alanos y moros. Aunque también algunos bereberes habían ayudado a los
vándalos en su conquista de África, su expansión se realizó, la mayoría de las
veces, a costa de los territorios vándalos. De
hecho, un rey bereber identificado por Procopio como "Massonas"
(considerado, habitualmente, como la misma persona que Masuna) se alió con las
fuerzas del Imperio Romano de Oriente en el año 535 en su conquista del Reino
vándalo.
Cuando el ejército comandado por Belisario llegó al norte de África para restaurar el gobierno romano sobre la región, los gobernantes locales bereberes se sometieron voluntariamente al gobierno imperial pidiendo solo, a cambio, los símbolos de sus magistraturas: una corona de plata, un bastón de plata dorada, una túnica y botas doradas. Con todo, entre estos reyes clientes, la mayoría demostraría ser recalcitrante a la hora de seguir los dictados imperiales. Los gobernantes que no se situaban junto a los territorios imperiales actuaban con distintos grados de independencia aunque, nominalmente, fuesen sujetos imperiales. Con el fin de mantener su fidelidad, también, el trato con ellos tuvo un mayor nivel de cortesía que con los que limitaban directamente con el Imperio.
Cuando el ejército comandado por Belisario llegó al norte de África para restaurar el gobierno romano sobre la región, los gobernantes locales bereberes se sometieron voluntariamente al gobierno imperial pidiendo solo, a cambio, los símbolos de sus magistraturas: una corona de plata, un bastón de plata dorada, una túnica y botas doradas. Con todo, entre estos reyes clientes, la mayoría demostraría ser recalcitrante a la hora de seguir los dictados imperiales. Los gobernantes que no se situaban junto a los territorios imperiales actuaban con distintos grados de independencia aunque, nominalmente, fuesen sujetos imperiales. Con el fin de mantener su fidelidad, también, el trato con ellos tuvo un mayor nivel de cortesía que con los que limitaban directamente con el Imperio.
Gelimer, el último rey vándalo, intentó
reclutar a los reinos bereberes para luchar por él, pero muy pocas tropas
bereberes combatieron de su lado frente los romanos orientales. Aunque los
vándalos también habían otorgado a los reyes bereberes símbolos de sus
magistraturas similares a los proporcionados por los romanos, los reyes
bereberes no consideraron que tuvieran ese poder de manera efectiva. Durante la
guerra, la mayoría de los gobernantes bereberes prefirieron no entrar en
conflicto para evitar luchar por el bando perdedor.
Tras
la reconquista romana oriental del Reino vándalo, los gobernadores locales
comenzaron a experimentar problemas con las tribus bereberes locales. La
provincia de Bizacena fue invadida y la guarnición local derrotada, falleciendo
sus comandantes Gainas
y Rufinus. El recién
nombrado prefecto pretoriano de África, Salomón, emprendió varias campañas contra estas tribus liderando un ejército de
aproximadamente 18 000 hombres en Bizacena. Consiguió derrotarlos y regresar a
Cartago, aunque los bereberes volverían a levantarse y invadirían de nuevo
Bizacena. Salomón los derrotó una vez más, esta vez de manera decisiva y dispersando
sus ejércitos. Los soldados bereberes supervivientes se retiraron a Numidia,
donde unieron fuerzas con Labdas, el rey
de los Aures.
Masuna,
aliado con el Imperio de Oriente junto a otro rey bereber, Ortaias (gobernante de un reino en la antigua
provincia de Mauritania Sitifensis),
aconsejaron a Salomón que persiguiese a los bereberes enemigos hasta Numidia y
así lo hizo el general. Sin embargo, Salomón no se enfrentó a Labdas en batalla
abierta desconfiando de la lealtad de sus aliados y en su lugar, construyó una
serie de puestos fortificados a lo largo de las carreteras que unían a Bizacena
con Numidia.
Masuna
murió alrededor del año 535 y fue sucedido como rey por Mastigas (también conocido como Mastinas).
Procopio afirma que Mastigas era un gobernante totalmente independiente que
gobernaba casi toda la antigua provincia de Mauritania Cesariense, excepto la
antigua capital provincial, Cesarea, que había estado bajo el control de los
vándalos y que permanecía en manos de los romanos orientales durante su época. Los gobernantes del Reino Mauro–Romano y otros reinos
bereberes continuaron considerándose como súbditos del emperador romano
oriental en Constantinopla, incluso cuando estaban en guerra con él o
participaban en incursiones dentro del territorio imperial. En este sentido, la
mayoría de los gobernantes bereberes utilizaban títulos como Dux o Rex.
El
último rey registrado fue Garmul
(también conocido como Garmules) quién combatió contra el gobierno romano
oriental en África. A fines de la década de 560, lanzó
varias incursiones en territorio romano y aunque, no tomó ninguna ciudad
importante, tres generales sucesivos: el prefecto pretoriano Teodoro (en 570) y
los dos Magister militum Teoctisto (en 570) y Amabilis (en 571), fueron muertos
por las fuerzas de Garmul según registró el historiador visigodo Juan de Biclaro. Sus
actividades, especialmente cuando coincidieron con simultáneos ataques
visigodos en la provincia de Spania, presentaron una clara amenaza para las
autoridades de la provincia. Garmul no era el líder de una mera tribu
seminómada, sino de un reino bárbaro de pleno derecho, con un ejército
permanente.
De este modo, el nuevo emperador romano del este, Tiberio II Constantino, nombró a Tomás como prefecto pretoriano de África, y el capacitado general Genadio fue nombrado Magister militum con el objetivo claro de reducir el Reino de Garmul. Los preparativos fueron largos y cuidadosos pero la campaña en sí, lanzada en 577–78, fue breve y efectiva. Con Genadio utilizando tácticas de terror contra los súbditos de Garmul, este acabó derrotado y muerto en el 578. Tras su muerte, el Reino Mauro–Romano se derrumbó y el Imperio romano Oriental pudo anexarse parte de su territorio, en particular el corredor costero de las antiguas provincias de Mauritania Tingitania y Mauritania Cesariense.
De este modo, el nuevo emperador romano del este, Tiberio II Constantino, nombró a Tomás como prefecto pretoriano de África, y el capacitado general Genadio fue nombrado Magister militum con el objetivo claro de reducir el Reino de Garmul. Los preparativos fueron largos y cuidadosos pero la campaña en sí, lanzada en 577–78, fue breve y efectiva. Con Genadio utilizando tácticas de terror contra los súbditos de Garmul, este acabó derrotado y muerto en el 578. Tras su muerte, el Reino Mauro–Romano se derrumbó y el Imperio romano Oriental pudo anexarse parte de su territorio, en particular el corredor costero de las antiguas provincias de Mauritania Tingitania y Mauritania Cesariense.
Tras
la desaparición del Reino Mauro–Romano surgieron varios pequeños reinos
romano-bereberes: Altava, Ouarsenis y Hodna que convivieron con los que
existían más al este: Aurés, Nemencha, Capsus, Dorsales y Cabaon.
Altava
siguió siendo la capital de un reino bereber romanizado: el Reino de Altava que
era mucho más pequeño en tamaño que el reino que habían gobernado Masuna y
Garmul. A finales del siglo V y principios
del siglo VI, el cristianismo se convirtió en la religión dominante en este
reino bereber, aunque con influencias sincréticas provenientes de su religión
tradicional. También, se construyó una nueva iglesia en la capital. Altava y los otros reinos sucesores del Mauro–Romano, los
reinos de Ouarsenis y Hodna, consiguieron prosperar económicamente y en ellos
se construyeron varias iglesias y fortificaciones. Aunque la prefectura
pretoriana romana oriental de África y el último exarcado de África verían
algunas rebeliones bereberes más, estas fueron reprimidas y muchas de las
tribus bereberes fueron aceptadas como foederati, tal y como lo habían sido en
el pasado.
El
último rey bereber romanizado conocido que gobernó desde Altava fue Kusaila. Murió en el año 690 luchando contra
la conquista musulmana del Magreb. También fue líder de la tribu Auraba de los
bereberes y posiblemente el jefe cristiano de la confederación de los Sanhaya.
Es conocido por haber liderado una resistencia efectiva contra la conquista del
Magreb por parte del Califato Omeya en la década de 680.
En 683 el general Uqba
ibn Nafi fue emboscado y muerto en la batalla de Vescera cerca de Biskra por
Kusaila, quien obligó a todos los árabes a evacuar a su recién fundada Cairuán
y retirarse a Cirenaica. Pero en el año 688, un ejército de
refuerzo enviado por el Califa Abd al-Malik ibn Marwan llegó al mando de Zuhair
ibn Kays. Kusaila, apoyado por tropas romanas orientales, se enfrentó a él en
el 690 en la batalla de Mamma. Ampliamente superados en número, los Auraba y los
romanos fueron derrotados y Kusaila ejecutado.
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