domingo, 29 de marzo de 2020

REFLEXIONES DEL EMPERADOR FILÓSOFO MARCO AURELIO


Nada contribuye tanto a fomentar la grandeza de ánimo como examinar con método y honradez todas las cosas que acontecen en la vida y examinarlas a medida que ocurren, de tal manera que se forme una apreciación de la clase de universo a que pertenecen, del fin que en éste cumplen, de su valor en relación con el todo y en relación con el hombre, que es ciudadano de la más alta república, del cual todas las otras repúblicas, por decirlo así, son parientes; lo que cada uno es realmente y de qué está compuesto y cuánto tiempo, juzgando por su propia naturaleza, es probable que dure.
 
Quiero decir, que debo formar este juicio de lo que ahora, en este mismo momento, se revela a mi conciencia. Y debo preguntarme qué virtud podría emplear para enfrentarme con ello, como, por ejemplo, la amabilidad, el valor, la sinceridad, la confianza, la simple ingenuidad, la independencia.
 
¿De qué os quejáis?. ¿De la maldad del hombre?. Considerad las proposiciones siguientes: las criaturas racionales han sido creadas las unas para las otras, y la clemencia es parte de la justicia; el hombre peca contra su voluntad; pensad cuántas personas después de una vida de amarga hostilidad, de sospechas, de odios y de peleas entre sí han muerto y se han convertido en ceniza —pensad en esto y entonces dejad al menos de lamentaros—. ¿Os quejáis de la parte asignada a vosotros de la suma total de las cosas?. Recordad otra vez la alternativa “la Providencia o los Átomos”, y todas las pruebas de que el universo es una especie de república.





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