Aulo Persio Flaco, Aulus
Persius Flaccus en latín (Volterra, Etruria, 34 d. C. – Roma, 62 d. C.), fue un
poeta satírico latino.
De una familia de origen
etrusco instalada en Volterra y perteneciente al orden ecuestre, quedó huérfano
a muy temprana edad y llegó a Roma a los doce años. Allí completó su formación
en gramática y retórica y se familiarizó con la filosofía estoica.
Aunque no participó en la vida
política, se movió en los ambientes estoicos que atacaban el gobierno y la
moral disoluta de la corte del emperador Nerón. Murió prematuramente en
el año 62, cuando sólo contaba 28 años, de una enfermedad del estómago, dejando
su valiosa biblioteca a Cornuto, quien, tras la muerte de su discípulo,
hizo una corrección de sus sátiras y encargó la edición de la obra a Cesio
Baso, poeta también y amigo de Persio, a quien está dedicada la segunda de
sus Sátiras.
Pasó su corta vida rodeado de
madre, hermana, tía y prima con las que convivía. Quizá por su corta edad o por
lo peculiar de su vida, encerrado entre mujeres y miembro de la familia que
lideraba la oposición total al emperador, por su propio carácter y su falta de
contacto con la vida real, representa un ideal estoico muy rígido y severo. Su
moral fue dura y simplista, dogmática; su programa, estoico: sólo es libre el
sabio porque domina sus pasiones.
Consta de seis sátiras, unos
seiscientos versos en total. En ellas critica los vicios propios de la época de
Nerón, pero ni con la indignación de Lucilio ni con la ironía de Horacio,
sino bajo la perspectiva severamente moralista de la filosofía estoica de su
maestro Cornuto.
La primera ataca el mal gusto
literario de la época y la censura, diserta sobre los problemas generales de la
poesía y expone las teorías literarias del autor; la segunda el abandono de la
primitiva religión romana y la falsa religiosidad imperante; la tercera trata
sobre la importancia de la educación y arremete contra los que abandonan el
estudio de la doctrina estoica; la cuarta se dirige contra los aprovechados,
trepas y entrometidos que se benefician de su apellido, relaciones y riquezas
para hacer carrera política. La quinta diserta sobre la auténtica libertad, que
sólo puede adquirirse mediante el conocimiento de la doctrina estoica; está
dedicada a su maestro Cornuto. La sexta trata sobre el recto uso de las
riquezas.
Persio no poseía un estro
fácil: escribía con poca continuidad y lentamente (scriptitavit et raro et
tarde) y desarrolla exclusivamente los temas particularmente queridos para los
estoicos: el verdadero espíritu de la religión, la educación, la libertad y el
desprecio de la riqueza. El estilo de Persio es obscuro y difícil puesto que,
por más que persiga el lenguaje coloquial, se deja arrastrar por la moda
retoricista de época neroniana.
Su obra mezcla discursos, monólogos,
interrogaciones retóricas y antítesis y se muestra anticlásica, llena de
metáforas desconcertantes y de palabras obscuras. Fue muy valorado en la
Antigüedad (Tertuliano, Lactancio, San Jerónimo, San Agustín) y durante
la Edad Media, como atestigua la rica tradición manuscrita, muy probablemente
por el contenido moralizante de su obra; además, el barroco Francisco de
Quevedo se reveló como un entusiasta seguidor e imitador de su obra.
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