Yo
soy el famoso Escorpo, gloria del clamoroso circo, aplauso tuyo, Roma, y tu efímero
encanto, de quien la envidiosa Láquesis, que me arrebató a los 27 años, al
contar mis victorias, pensó que era un anciano. ¡Ay, qué crimen!. Despojado de
los albores de la juventud, Escorpo, mueres y unces tan prematuramente los
negros caballos. ¿Por qué aquella meta, siempre rebasada, rápida y ajustada a
tu carro, fue también tan cercana a tu vida?.
(
Marcial en "Epígramas" )
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