lunes, 8 de septiembre de 2014

ALARICO I, EL BÁRBARO QUE SAQUEÓ ROMA




Alarico I (c. 370-c. 410), rey de los visigodos (396-410), nacido en una isla situada en el delta del río Danubio. Durante su juventud, los visigodos emigraron al oeste, huyendo del ataque de los hunos y sirviendo como tropas mercenarias auxiliares del emperador romano Teodosio I el Grande; las primeras noticias que se tienen de Alarico le sitúan en el año 394 como jefe de dichas fuerzas.

 

A la muerte de Teodosio (395) los visigodos renunciaron a su lealtad a Roma, y reconocieron como rey a Alarico, el cual pronto dirigió a sus tropas hasta Grecia; saqueó Corinto, Argos y Esparta y dispensó a Atenas sólo a cambio de un importante rescate. 



Tras ser derrotado por el general romano Flavio Estilicón, Alarico se retiró con su botín y consiguió del nuevo emperador romano de Oriente, Arcadio, una comisión como prefecto de la provincia romana de Iliria.


 

 En el 402, Alarico invadió la península Itálica, pero fue nuevamente rechazado por Estilicón. Más adelante, el emperador romano de Occidente, Flavio Honorio, que estaba preparando una guerra contra el Imperio romano de Oriente, convenció a Alarico para que uniera sus fuerzas a las suyas.





Cuando Arcadio murió en el 408, Roma abandonó su plan de atacar a Oriente, por lo cual Alarico exigió 1.814 kg de oro como compensación. 


A petición de Estilicón, el gobierno romano accedió a esta exigencia, pero poco después, Flavio Honorio ordenó la ejecución de Estilicón y canceló el acuerdo. Alarico invadió Italia, sitió Roma y exigió un gran rescate. En el año 410, sus tropas tomaron y saquearon la capital del Imperio romano de Occidente. Una gran tormenta obligó a Alarico a abandonar su siguiente campaña, la invasión de Sicilia y el norte de África. Murió poco después y le sucedió en el trono visigodo su cuñado Ataúlfo.

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