Nuestros
antepasados y sus reyes, siendo en dineros, cuerpos y ánimos, mucho más
poderosos y valerosos que vosotros, no pudieron resistir a una pequeña parte
del poder y fuerza de los romanos; y vosotros, que habéis recibido esta
obediencia y sujeción, casi como herencia, y sois en todas las cosas menores y
para menos que fueron los que primero les obedecieron, ¿pensáis poder resistir
contra todo el imperio romano?.
Los
atenienses, que por la libertad de la gente griega dieron en otro tiempo fuego
a su propia patria, y persiguieron muy gloriosamente, cerca de Salamina la
pequeña, a Jerjes, rey soberbísimo, huyendo con una
nao, el cual por las tierras navegaba, y caminaba por los mares, cuya flota y
armada a gran pena cabía en la anchura de la mar, y tenía un ejército mayor que
toda Europa; los atenienses, que resistieron a tantas riquezas de Asia, ahora
sirven a los romanos y les son sujetos, y aquella real ciudad de Grecia es
ahora administrada por regidores romanos. Los lacedemonios también, después de
tantas victorias habidas en Termópilas y Platea, y después de haber Agesilao descubierto y señoreado toda el
Asia, honran y reconocen
a los romanos por señores. Los macedonios, que aun les parece tener delante a
Filipo y a Alejandro,
prometiéndoles el imperio de todo el mundo, sufren la gran mudanza de las cosas
y adoran ahora aquéllos, a los cuales la fortuna se pasó y tanto favorece.
Otras
muchas gentes hay que, siendo mucho mayores y confiadas en mayor fuerza para
conservar su libertad, las vemos todavía ahora reconocer y se sujetan en todo a
los romanos; ¿y vosotros solos os afrentáis y no queréis estar sujetos a los
romanos, cuya potencia veis cuánto domina?. ¿En qué ejércitos o en qué armas os
confiáis?. ¿A dónde tenéis la flota y armada que pueda discurrir por el mar de
los romanos?. ¿A dónde están los tesoros que puedan bastar para tan grandes
gastos?. ¿Por ventura pensáis que movéis guerras contra los árabes o egipcios?.
¿No consideráis la potencia del imperio romano?. ¿No miráis para cuán poco
basta vuestra fuerza?. ¿No sabéis que muchas veces vuestros propios vecinos os
han vencido y preso en vuestra ciudad?.
Mas
la virtud y poder invencible de los romanos pasa por todo el mundo, y aun algo
más han buscado de lo contenido en este mundo, porque no les basta a la parte
del Oriente tener todo el Eufrates, ni a la de Septentrión el Istro o Danubio,
ni les faltan por escudriñar los desiertos de Libia hacia el Mediodía, ni Gades
al Occidente; mas aun además del océano buscaron otro mundo y vinieron hasta las
Bretañas, que es Inglaterra, tierras antes no descubiertas ni conocidas, y allá
pasaron su ejército. Pues qué, ¿sois vosotros más ricos que los galos, más
fuertes que los germanos y más prudentes y sabios que los griegos. ¿Sois por ventura más que todos los del
mundo?. ¿Pues qué confianza os levanta
contra los romanos? .
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