viernes, 1 de agosto de 2014

MÁS CONQUISTAS DE TRAJANO



HACIA ORIENTE

EL ESPEJISMO DE ASIA


Para justificar su empresa oriental, el emperador invocó el intolerable dominio ejercido por los partos sobre las rutas comerciales de la seda, hacia China y la India.



Cuando las legiones hubieran dispersado aquellos enjambres de jinetes turbulentos, Roma alcanzaría los ricos confines del mundo. Con su habitual meticulosidad, Trajano preparó la expedición y, en el año 113, embarcaron las tropas.


En una campaña triunfal, Armenia fue sometida después de que el país de los partos hubiera sido invadido y conquistado; las legiones marcharon del Tigris al Eufrates y Babilonia se rindió, así como Tesifonte (Ctesifonte), la capital.


El emperador remontó el Tigris hasta el golfo Pérsico. Jamás ningún general romano se había aventurado tan lejos. Fue construida una flota para el mar Rojo, y el emperador sufrió la desesperación de ser demasiado viejo para lanzarse sobre una nave a la conquista del Extremo Oriente.


Pero estas conquistas se manifestaron poco sólidas: Disturbios y revueltas estallaron en Siria y en Egipto, donde los judíos zelotas se mostraron muy activos. El rey Cosroes volvió a Ctesifonte. Los partos exterminaron las guarniciones romanas, muy exiguas.


Trajano volvió precipitadamente a Babilonia, donde tuvo que hacer frente al enemigo por todas partes. Durante todo un invierno se obstinó en someter a los partos, atrincherados en posiciones inexpugnables. Pero la enfermedad amenazaba la vida del emperador, a quien dos crisis sucesivas le obligaron a reemprender tristemente el camino de Roma.


La muerte lo sorprendió en Asia Menor: Al amanecer, sus restos mortales fueron quemados. Así acabó el que había soñado con imitar al gran Alejandro (año 117).


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