Las
noticias de lo que ocurría en Corfinio se iban filtrando con muchísima
lentitud. Aunque la distancia entre Corfinio y Luceria era sólo cuestión de
ciento cincuenta kilómetros, los despachos tardaban entre dos y cuatro días en
llegar a Pompeyo. Lo cual significaba que cuando éste los recibía, la noticia
ya era demasiado vieja para hacer algo al respecto. Incluso el tremendo y
temible Labieno no lograba mejorar la situación; los correos holgazaneaban todo
el camino, se paraban a visitar a una tía ancíana, entraban en una taberna, se
detenían para ligar con una mujer.
( C.
McC. )
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