En la
mitología griega, Morfeo (en griego antiguo Μορφεύς, de μορφή morphê, ‘forma’) es el hijo del dios
de los sueños (Hipnos) y encargado de llevar el sueño a reyes y emperadores. Según
ciertas teologías antiguas, es el principal de los Oniros, los mil hijos
engendrados por Hipnos (el Sueño) y Nix (la Noche, su madre), o por Hipnos con
Pasítea.
Era
representado con alas que batía rápida y silenciosamente, permitiéndole ir
volando velozmente a cualquier rincón de la Tierra. Morfeo se encargaba de
inducir los sueños de quienes dormían y de adoptar una apariencia humana para
aparecer en ellos, especialmente la de los seres queridos (de ahí su nombre),
permitiendo a los mortales huir por un momento de las maquinaciones de los
dioses.
Morfeo
desempeña un papel importante en la historia de Ceice y Alcíone. En concreto,
aparece en las obras de Homero y Ovidio. Este último cuenta en Las metamorfosis
que Morfeo duerme en una cama de ébano en una cueva sutilmente iluminada,
rodeado de flores de adormidera (que contienen alcaloides de efectos sedantes y
narcóticos). También cuenta que mientras sus hermanos Fobetor y Fantaso eran
responsables de los animales, los objetos inanimados, y apariciones de los
sueños, Morfeo se centraba en los elementos humanos.
Fue
castigado por Zeus por haber revelado secretos a los mortales a través de sus
sueños. De su nombre procede la expresión «estar en los brazos de Morfeo», que
significa ‘soñar’ y por extensión ‘dormir’ o viceversa.
En
resumen, Morfeo, en la mitología griega, era el
dios de los sueños, hijo de Somnus, dios del sueño. Morfeo formaba los
sueños de quienes dormían. También representaba seres humanos en los sueños.
ESCULTURAS DEL DIOS MORFEO:
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