La mano izquierda de Tiberio era más ágil y fuerte que la derecha,
de unas articulaciones tan firmes que podía taladrar con el dedo una manzana
fresca y sana, o herir de un capirotazo en la cabeza de un niño, o incluso de
un adolescente.
( Suetonio en "Vida de Tiberio")
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