(...) Desee
ardientemente dedicarme a los negocios. No os quiero molestar con detalles:
construí cinco naves, las cargué con vino (y entonces valía como el oro), lo
envié a Roma. Parece como si lo hubiese hecho adrede: todas las naves
naufragaron. Es un hecho, no un cuento. En un solo día Neptuno se tragó treinta
millones de sestercios. ¿Creéis que me hundí?. No, por Hércules, esta pérdida
me sentó como si no hubiera pasado nada. Construí otros barcos más grandes y
mejores y con más suerte, de modo que todos me llamaron intrépido. Ya sabéis,
una nave grande tiene mucha fuerza. Las cargué de nuevo con vino, tocino,
habas, perfumes y esclavos.
(...) Esto fue la levadura de mi fortuna. Se hace rápido lo
que place a los dioses. En un solo viaje redondeé los diez millones de
sestercios.
( Extracto del "Satiricón" de Petronio)
No hay comentarios:
Publicar un comentario